JESUS EL CRISTO

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Gnosis por Samael Aun Weor

sábado, 5 de mayo de 2012

EL CADUCEO DE MERCURIO.-

El Caduceo de Mercurio

Instructora: Susana Margarita Rodríguez Licea. Comisión: Eventos y Finanzas.

¿Qué es el caduceo de mercurio?, ¿Cuál es su origen?, ¿Tiene poderes mágicos?, ¿Qué relación tiene con nosotros?

La fábula de Ovidio, en la mitología griega, dice que el caduceo fue regalado por Apolo a Mercurio, para terminar con las disputas entre ellos; y Mercurio, a su vez, le regaló a Apolo la lira de 7 cuerdas.  Un día, mercurio encontró dos serpientes peleando en el monte Citerón y trató de separarlas con su vara, entonces vio cómo ambas se entrelazaron en el bastón  quedando frente a frente sin hacerse daño.

El caduceo de Mercurio posee terribles poderes que Mercurio utilizaba, como: adormecer y despertar a los mortales, atraer las almas de los fallecidos o conducirlas a la morada de los muertos o a los mundos infiernos. Con el caduceo se sujetaba los vientos y disipaba las nubes, se convertía en oro todo lo que tocaba, se transformaban las tinieblas en luz. Es una vara de gran poder, constituye para el hombre fuente de seguridad, paz, concordia, beneficio y fortuna. Los griegos hicieron de este emblema el sello distintivo de heraldos y embajadores.

Según los historiadores, las alas se deben a que Hermes, Dios Egipcio adoptado por los griegos, poseía la alkimia, como la ciencia médica por excelencia. Por eso Hermes llevaba el pileus, o casco con unas alas, representando la antigua máxima médica que dice: Curate e tuto, cito, et jacunde, que quiere decir: curar todo, pronto, placenteramente. Y el espejo en la parte superior, era mágico para los egipcios, pues indica el auto conocimiento.

Muy parecido al caduceo de mercurio, es el bastón de esculapio, de tiempos de Homero, formado por una fina vara con un nudo en el extremo y rematado por un espejo, pero solamente tiene una serpiente, cuya cabeza queda mirando hacia la izquierda frente al espejo; también está adornado por una rama de laurel a la izquierda, una rama de roble a la derecha y un racimo de uvas, para indicar el vino de la transmutación. Los sacerdotes de Galia y Grecia sabían interpretar el viento al batir las hojas del árbol del roble en el bosque.

El caduceo es un símbolo universal y perenne.

Recientemente los arqueólogos han encontrado símbolos semejantes en todas las latitudes, desde las más antiguas como Asiria y Caldea, o la Maya, hasta la civilización egipcia y fenicia.

En la Biblia, Apocalipsis (2:3,6) dice: “Y daré a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de sacos”. “Estas son las dos olivas y los dos candeleros delante del Dios en la Tierra”… “Ellos tienen potestad de cerrar el cielo que no llueva en los días de tu profecía, y tienen el poder sobre las aguas y sobre la tierra”. En Zacarías (4:1,14), se habla de las dos ramas de olivo que por medio de tubos vierten aceite como oro, a semejanza de dos serpientes que suben  a lo largo de un canal central, nuestra médula espinal.

Según los yoghis del Indostán, existen en la columna vertebral dos corrientes nerviosas llamadas Idá y Pingalá y un canal profundo denominado Sushumná, que corre dentro y a lo largo de la médula espinal. En la extremidad inferior de este canal está lo que los yoghis del Indostán llaman  el loto del kundalini, dentro de dicho loto se encuentra enrollado el fuego electrónico solar llamado kundalini.

Los dos nadis: Ida y pingalá, que suben a lo largo del canal central de Sushumná, Son los dos testigos o las dos olivas delante del templo, Ida es lunar y pingalá es solar, suben desde las gónadas hasta el cerebro, y de ahí, por medio de finos canales llegan a las fosas nasales. Este es el fundamento esotérico del pranayama egipcio, ejercicio de respiración para transmutar la energía creadora, haciendo subir, con la inhalación, los átomos solares y lunares de al energía creadora.  Swara es la ciencia del aliento, de la sagrada respiración.

La espina dorsal es aquella caña semejante a una vara de medir de que nos habla el Apocalipsis, el bastón de Brama, la Vara de Aarón, el caduceo de mercurio con sus dos serpientes enroscadas. La columna se ha representado por el báculo de siete nudoso caña de bambú.

Así el caduceo de mercurio tiene íntima relación con la columna vertebral, el cerebro y el sistema nervioso. Nuestro sistema nervioso cerebro espinal está constituido por el cerebro, cerebelo, bulbo raquídeo y la médula espinal.

La médula oblongada rige todas las funciones involuntarias del cuerpo físico. La médula espinal es un cordón de materia gris al centro (compuesta de células y fibras) nerviosas y blanca (materia medular nerviosa) en la periferia.

La médula, al igual que el cerebro, está protegida por una maravillosa cubierta de tejidos de naturaleza grasosa. La médula se divide en dos partes simétricas: la del silvo y la de rolando. A lo largo de la  médula hay un canal central (nadi brahmanadi) el brahmanadi, que es séptuple por naturaleza.

La médula espinal se introduce en  el cuarto ventrículo del cerebro, hasta el chacra sahasrara. Cubriendo a la médula espinal, está la columna vertebral, con sus treinta y tres vértebras: siete de la región cervical, doce de la dorsal, cinco de la lumbar, cinco de la región sacra y cuatro de la coxígea. Los médicos saben muy bien que las vértebras cervicales, dorsales y lumbares, permanecen independientes unas de otras y las sacras y coccígeas se unen en forma sorprendente para formar respectivamente el sacro y el cóccix.

Todas las vértebras tienen una serie de caracteres comunes y otros particulares a cada región. Una vértebra en sí misma está constituida por una masa ósea o cuerpo más o menos cilíndrico, que ocupa su parte anterior, de ahí se desprenden en las partes laterales de su cara posterior dos columnas anteposteriores llamadas pedículos, los que sabiamente comunican al cuerpo con una serie de salientes llamados apófisis transversas, apófisis articulares, apófisis espinosas y láminas vertebrales. Entre estos últimos y el cuerpo vertebral, queda un orificio amplio que, en unión de las otras vértebras, forma un conducto aproximadamente cilíndrico o conducto vertebral.  Dentro de ese tubo se aloja extraordinariamente, la médula espinal.

El cuerpo vertebral es más o menos cilíndrico, con su superficie excavada en sentido vertical en su cara lateral y anterior, en tanto que su cara posterior está ligeramente excavada transversalmente constituyendo el maravilloso tubo raquídeo.

Al igual que la médula, la columna vertebral es séptuple en la constitución humana.  Cada vértebra es una cámara santa en los mundos internos, y en cada cuerpo hay 33 cámaras santas.

Ezequiel, (41:6,8) se refiere a las 33 vértebras así: “Y las 33 cámaras eran cámara sobre cámara, 33 por orden… Las cámaras del norte y las del mediodía son cámaras santas, en las cuales, los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las santas ofrendas: allí pondrán las ofrendas santas y el presente y al expiación y el sacrificio por el pecado: porque el lugar es santo”.

La sabiduría antigua enseña que el par de cordones nerviosos simpáticos se enroscan en la médula espinal formando el santo ocho. La raíz de estos cordones se encuentra en las gónadas, tanto masculinas como femeninas. Los dos testigos se enroscan en la espina dorsal formando el santo ocho. El cordón que procede del lado derecho es caliente y el izquierdo es frío. Los dos testigos tienen el poder de despertar la kundalini, aquellos que quieran trabajar con el kundalini, deben tener una fe inquebrantable hacia la Madre Divina.

Cuando en forma verdaderamente positiva se despierta el fuego electrónico solar, se rompe la bolsa membranosa en que está encerrado y penetra por el orificio interior de la médula espinal. A medida que se eleva el fuego electrónico solar, grado por grado (hasta los 33 grados), a lo largo del canal Sushumna, las capas sucesivas del espíritu devienen abiertas una tras otra, y el iniciado adquiere todas las visiones y poderes de los santos.

Idá y Pingalá terminan en la región frontal situada entre las dos cejas, formando un nudo gracioso y luego se continúan en ciertos conductos sutiles, que parten de la raíz de la nariz a través de unos finísimos canales óseos, que a su vez reciben estímulos con ciertas prácticas esotéricas. Dichos canales vienen a conectar a Idá y Pingalá con el corazón esotérico, o centro maravilloso de la región del Tálamus. El canal llamado Amrita Nadi, cumple la misión específica de conectar el corazón esotérico con el chacra anahata, el loto magnético del corazón físico. Ida y pingalá continuados hasta el corazón mediante todo este juego de sutiles canales, conectan de hecho, las gónadas con el cardias. Mediante la trasmutación podemos y debemos llevar la energía sexual hasta el corazón.

El fuego sagrado surge cuando los átomos solares y lunares hacen contacto, entonces sube por el canal medular en forma de serpiente, son siete serpientes, que se corresponden con cada uno de los siete cuerpos. Dentro de la médula espinal tenemos uno dentro de otro, al canal del cuerpo físico, al del cuerpo etérico, astral, mental etc. Nuestro cerebro tiene siete cavidades y  nuestro corazón también tiene siete centros. Así, ha de unirse la mente con el corazón, mediante el fuego.

El decapitado, en el museo de antropología e Historia, muestra las siete serpientes que surgen de la médula espinal, convirtiéndose en el dragón de las siete verdades.

Cuando la serpiente llega a la altura del corazón, recibimos las alas ígneas, las alas del caduceo de mercurio. Entonces la serpiente tiene plumas. Este es el quetzal, el pájaro serpiente, la serpiente emplumada. Todo iniciado que se convierte en pájaro serpiente puede volar a los mundos superiores, puede entrar en los distintos departamentos del reino; puede viajar en cuerpo astral a voluntad; puede viajar con su cuerpo físico por entre la cuarta dimensión; es un pájaro serpiente.

La serpiente kundalini es el fuego sagrado del Pentecostés que se halla enroscado tres veces y media en el cóccix, al ser despertado, comienza su ascenso por la médula espinal, despertando todos los poderes del ser humano.

Pingalá es solar, y parte del lado izquierdo en el hombre, encontrando su polo opuesto en la fosa nasal derecha e Idá, que es lunar, parte del lado derecho para concluir en la fosa nasal izquierda. En las mujeres, el orden de este par de olivas del templo se invierte armoniosamente. Comúnmente, el orificio del canal central se halla cerrado, por ello es que hay que abrirlo con los vapores de la transmutación del pranayama, que son ejercicios de respiración. Pero el verdadero motor del ascenso del kundalini son los méritos del corazón. Kundalini, la serpujiente de la sabiduría, sólo despierta con el amor auténtico entre esposo y esposa, jamás subirá por el canal medular de los adúlteros. La palabra kundalini tiene sus raíces en los términos Kunda, el órgano kundartiguador y lini, que significa fin: fin del órgano kundartiguador.

El kundartiguador es el fuego negativo, el agente siniestro en nuestro organismo mediante el cual lo ideo plástico se convierte en esa serie de yoes que personifican a nuestros errores. Es el fuego proyectado hacia abajo desde el chacra coccígeo, es la cola de Satán con poder hipnótico sobre las multitudes humanas.

Estas son las dos serpientes, una es la serpiente tentadora del edén, otra es la serpiente de cobre que sanaba a los israelitas en el desierto. Lla serpiente que sube es la serpiente que se enroscaba en la vara de Esculapio, el Dios de la medicina. Cuando la serpiente baja, es Pitón, la serpiente que se arrastraba en el barro de la tierra y que Apolo hirió con sus dardos.

Cuando la serpiente sube, fortifica el alma, la robustece y la llena con todos los poderes del Espíritu . Cuando la serpiente baja, mata el alma y robustece, fortifica y llena de poderes  tenebrosos al yo. Así el hombre se convierte en una bestia espantosa y horrible que se precipita al abismo.

Actualmente debemos cuidarnos, ya que existen en el mundo muchos tántricos negros que se disfrazan con piel de oveja y mezclan el veneno de sus enseñanzas con dosis místicas. Sin embargo los descubrimos porque ellos recomiendan el mal uso de la energía creadora, el adulterio, el abuso. Existen multitud de escuelas con bellas teorías que atraen y cautivan y sin embargo, enseñan a desarrollar el órgano kundartiguador, (la serpiente que baja) por medio del adulterio, la fornicación y el desarrollo del ego, debemos recordar que el abismo está lleno de sinceros equivocados y de gentes de muy buenas intenciones.

El caduceo de mercurio tiene dos serpientes, la una se enrosca con la cabeza hacia arriba, es la fuerza solar de OD y la otra se enrosca con la cabeza hacia abajo, es la fuerza lunar de OB de los antiguos cabalistas.  En el ser humano, la serpiente derecha asciende, mientras que la izquierda desciende para la satisfacción pasional. Es necesario hacer subir la serpiente lunar caída y preparar las dos serpientes del caduceo de mercurio para el advenimiento del fuego.

Antes de que el hombre saliera del Edén, las dos serpientes estaban levantadas sobre la vara, pero cuando el hombre salió del paraíso, Jehová Dios dijo a la serpiente: “Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todos los animales del campo, sobre tu pecho andarás y polvo comerás todos los días de tu vida” Génesis (3:14).

La serpiente pasionaria y lunar caída, representa los principios  femeninos que debemos aprender a manejar para lograr los poderes del caduceo. La energía creadora está dividida, mientras la corriente solar, masculina asciende, la corriente lunar femenina desciende.  Debemos luchar contra la pasión animal, para levantar la serpiente caída., es decir, el polo negativo de la fuerza creadora.  Por ello los ángeles tienen sus dos serpientes, sus dos polos, masculino y femenino de su fuerza sexual, fluyendo hacia arriba, hacia la cabeza.

Esa es la serpiente levantada de Asclepio o Esculapio, emblema de la Organización Mundial de la Salud. Cuenta la leyenda que Esculapio, trataba de curar a Glauco, herido mortalmente por un rayo, cuando apareció una serpiente, Esculapio la mató con su bastón, entonces llegó otra y con unas hierbas revivió a la primera. Con esas mismas hierbas, Esculapio logró revivir a Glauco. Desde entonces Asclepio, quien tuvo por esposa a Epiona, la “dulce”, curó y resucitó a muchos hombres, ayudado por el báculo sobre el cual se enrollaba la serpiente. Esculapio siempre se acompañaba por un perro y tuvo tres hijos médicos que aparecen en a Iliada y cuatro hijas: Hygia (higiene) preservadora de la salud, Panaqueia (panacea), la que todo lo cura, Egle, partera y ocultista y Laso, enfermera.

Así nosotros, debemos eliminar a la serpiente del kundartiguador, para revivir a la que está caída y levantarla sobre la vara, completando así el caduceo de mercurio y restaurando sus poderes.

Cuando la serpiente caída sube, como en la pirámide de Kukulkan cada 21 de marzo, completa el caduceo de mercurio formando el símbolo del infinito o santo ocho. Como la serpiente es séptuple, se forman interiormente siete caduceos, los cuatro primeros se corresponden a los cuerpos básicos: físico, vital, astral y mental. Los tres siguientes, corresponden al cuerpo del alma divina, del alma humana y del Ser, es decir, a la tríada Divina. Al formar estos últimos tres caduceos, se forman tres ochos (888). El 888 es el número de la divinidad, precisamente la antítesis del 666, reconocido en la Biblia como el número de la bestia.

Cuando los soldados de Nabucodonosor penetraron en el Santo templo, encontraron el símbolo del Arca de la Alianza, formada por dos querubines, el número del Arca de la Alianza es 888, que se forma cuando la vara de los magos, el caduceo de mercurio se completa en los tres cuerpos. El Arca de la Alianza fue entregada por Noé y, en la gnosis nuevamente se entrega esta Arca para salvarnos del nuevo diluvio.

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