JESUS EL CRISTO

JESUS EL CRISTO
Gnosis por Samael Aun Weor

sábado, 23 de abril de 2011

LA PACIENCIA

LA PACIENCIA

Un día, estando en un Monasterio, un grupo de hermanos aguardábamos impacientemente al Abad, al Hierofante; mas éste tardaba, pasaban las horas y éste tardaba, todos estaban preocupados. Habían allí algunos Maestros, muy respetabilísimos, pero llenos de impaciencia. Paseaban por el salón, iban y venían, se halaban el cabello, se halaban las barbas, impacientes; yo permanecía sereno, tranquilo, pacientemente aguardaba; únicamente me causaban curiosidad estos hermanitos impacientes. Al fin, después de varias horas se presentó el Maestro, y dirigiéndose a todos les dijo: "a ustedes les faltan dos virtudes que este hermano tiene", y me señaló a mí. Luego, dirigiéndose a mí, me dijo: "Dígales usted, hermano, cuales son esas dos virtudes". Entonces yo me puse de pie y dije: "hay que saber ser pacientes, hay que saber ser serenos"... Todos quedaron perplejos, enseguida el Maestro trajo una naranja, que es símbolo de esperanza, y me la entregó aprobándome, quedé aprobado para entrar a la Segunda Montaña, que es la de la Resurrección; los otros, los impacientes, quedaron aplazados.

Se me citó después en otro monasterio para firmar algunos papeles que tenía que firmar, y así lo hice; más tarde concurrí a ese monasterio, firmé los papeles y se me entregaron ciertas instrucciones esotéricas. Se me admitió en los estudios de la Segunda Montaña, y aquéllos compañeros, a estas horas, todavía están luchando por lograr la paciencia y la serenidad, pues no la tienen.

Vean ustedes lo importante que es ser paciente y ser sereno. Así, cuando uno está trabajando en la disolución del "yo", y por nada de la vida consigue disolverlo porque se ha vuelto muy difícil -pues hay "yoes" así, que se relacionan con el karma-, no le queda a uno más remedio que multiplicar la paciencia y la serenidad, hasta triunfar. Pero muchos son impacientes, quieren eliminar tal o cual "yo" de inmediato, sin pagar el precio correspondiente, y eso es absurdo. En el trabajo sobre uno mismo, es necesario multiplicar la paciencia hasta el infinito y la serenidad hasta el colmo de los colmos; quien no sabe tener paciencia, quien no sabe ser sereno, fracasa en el camino esotérico.

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