ALMA DE DIAMANTE
POR: SAMAEL AUN WEOR
Más adelante en los próximos capítulos trataremos
extensamente sobre el Kundalini, ahora sólo nos proponemos hablar en este
capítulo sobre EL INTIMO, es decir, sobre el espíritu humano.
Hay personas que dicen que hay espíritus malignos;
eso no es así.
El espíritu es ese ser semejante al Hijo del
Hombre que reside en nosotros y por lo tanto no puede haber espíritus malignos.
Lo que sí hay son almas malignas, almas
demoníacas, pero jamás el Intimo de nadie puede ser maligno.
El Intimo es el Real Hombre, todo lo demás es
añadidura.
Antes de que todo existiera, existía el Intimo y
después que todo haya dejado de existir, el Intimo seguirá existiendo.
Es el primero y el último; es el que vive por
siempre jamás amén; él es Dios dentro de nosotros, por ello es que san Pablo
nos dice:
"Recordad que nuestros cuerpos son el templo
del Dios vivo, y que el Altísimo mora en nosotros".
Cuando el Espíritu, es decir, el Intimo no tenía
Alma era totalmente inocente, NO CONOCÍA EL BIEN NI EL MAL, pero tampoco tenía
derecho a formar parte de las jerarquías cósmicas, porque el Intimo que no
tiene Alma, no tiene derecho a formar parte de las jerarquías cósmicas.
Para ser Maestro del cosmos se necesita poseer UN
ALMA DE DIAMANTE, y para poseer un Alma de Diamante hay que venir al mundo a
sufrir y a gozar, a batallar y a conocer el bien y el mal, la alegría y el
dolor.
ALMA DE DIAMANTE
El Alma no tiene pues más salvación que fusionarse
con el Intimo, para convertirse en Alma de Diamante y hacerse inmortal.
El Alma que se entrega a la fornicación se
desintegra, y por ello este exclama el Apocalipsis en el capítulo 21:
"su parte será en el lago ardiendo con fuego
y azufre que es la muerte segunda".
Para el Alma no hay más salvación que unirse con
el Intimo y convertirse así en el Alma de Diamante, en el Alma Pájaro, en el
Alma Golondrina de que nos hablan los egipcios en el Libro de los Muertos.
Y así podremos exclamar con el Apocalipsis:
Al que venciere le haré columna del templo de mi
Dios, y no saldrá más de allí".
Así nos convertimos en REYES Y SACERDOTES DEL
UNIVERSO y no en pobres pecadores como nos dice la Iglesia Católica.
Así nos llenaremos de felicidad eterna y ganaremos
la dicha de vivir felices en el inalterable Intimo.
Para el mago blanco, el Alma y el Espíritu son un
par de novios que se aman.
Salomón es el Intimo y la bella Sulamita es el
Alma; sí, Amado lector, esos son los amores de Salomón con la bella Sulamita.
Él la adora, él la viste para que sea, y él se
desposa con ella, en la alta Iniciación, ese es desposorio eterno.
La gran boda.
La fiesta nupcial más grande de nuestra vida.
La unión del Alma con su Esposo eterno, con el
único amor que jamás nos decepciona.
Esa es la fiesta más solemne de nuestra vida.
La fusión del Alma con su Espíritu.
Pero he aquí que al Alma se le presentan dos
caminos: el de la vida y el de la muerte, y es precisamente sobre esos dos
caminos, sobre lo que vamos a tratar en el próximo capítulo.
Samael aun weor
No hay comentarios:
Publicar un comentario