RELATOS DEL NUEVO MUNDO
El continente de América Central y Sudamérica, se extiende desde el norte del Ecuador hasta las frías aguas del sur del Atlántico y a lo largo y en su lado oeste se halla la cordillera de los Andes, parte de cuya superficie recorre las tierras que van desde Alaska a la Tierra del Fuego. Muchas de estas montañas son volcanes
La historia dice, que los indios de la América del Norte, los primeros habitantes de Centro América y Sudamérica, llegaron probablemente, de Asia, hace unos 25.000 años, para establecerse y colonizar las tierras frías del sur hace 10.000 años aproximadamente.
Sin embargo, esa especulación de colonizar el continente americano a través del estrecho de Béring, ESTÁ ERRADA, pues desde mucho antes de la gran catástrofe Atlante (Diluvio Universal) ya había civilización en América.
Cuando llegaron los primeros europeos a finales del siglo XV, encontraron a los nativos establecidos y con UN SISTEMA DE VIDA EXCELENTEMENTE ORGANIZADA, con alcantarillado y agua corriente en las casas y las gentes de los bosques y de los ríos, que vivían en comunión con la naturaleza, tenían un profundo respeto a su medio ambiente.
De toda América, ya sea del norte, del sur o de centro América, los habitantes de las altas mesetas: los Aztecas Mayas e Incas fueron los que levantaron las más grandes civilizaciones e incluso imperios.
EL ANSIA DE ORO, de plata y piedras preciosas que los europeos vieron allí en gran cantidad les llevó a conquistar aquellas tierras y esclavizar a los nativos. Más pacíficos, los colonos que siguieron a los conquistadores se dedicaron fundamentalmente al cultivo de la tierra y a la explotación de la riqueza forestal; después llegarían los esclavos africanos a los que convirtieron en criados y trabajadores.
En algunos puntos los colonos vivían pacíficamente con los indios, pero en otros lugares las tribus indígenas fueron completamente aniquiladas o bien por los europeos o por las enfermedades que se llevaron allí y contra las que no estaban inmunizados los indios.
Las buenas tierras siempre han traído a los colonos y el Valle de México no iba a ser una excepción. El Valle de México es una hondonada natural que se extiende entre montañas y volcanes unas 3.000 millas cuadradas, a una altura de 2.100 a 2.400 metros sobre el nivel del mar
El Valle de México tenía en aquellos tiempos un gran lago de escasa profundidad, hoy prácticamente eliminado, y que fue centro de sucesivas civilizaciones indígenas entre la que destaca el gran Imperio Azteca, una sociedad altamente organizada, cuyas destrezas y habilidades artísticas impresionaron grandemente a los expedicionarios.
La civilización Azteca fue influenciada por otras civilizaciones mexicanas, tal como la Olmeca y la Tolteca, como así mismo, la civilización que se formó en Teotihuacan.
Los historiadores sitúan a una civilización Olmeca con una antigüedad alrededor del 800 a 400 antes de Cristo, diciendo que es la más antigua de las civilizaciones: los Toltecas de Tula, que se les da una vigencia de desde el año 600 al 980 después de Cristo.
Mientras que se piensa que se establecieron en el lago del Valle de México, en el 1320. Hasta que cayó en el 1521 d. C.
Se piensa que las tierras de México fueron pobladas hace aproximadamente 4.000 años y desde entonces se desenvolvieron las diversas civilizaciones, sin embargo, Samael Aun Weor, en su libro «Antropología Gnóstica», dice:
«La tierra no ha sido siempre como lo que es ahora, su fisonomía geológica a cambiado varias veces.
Si nosotros examinamos los 4 mapas de Elliott Scott, veremos que la tierra, hace un millón de años, era completamente diferente.
Esos 4 mapas geográficos merecen ser tenidos en cuenta.
Se parecen a los 4 mapas que existen en algunas criptas subterráneas del Asia Central.
Tales mapas son desconocidos por los sabihondos de las Ciencias materialistas. Se guardan secretamente con el propósito de conservarlos intactos, ya que los señores de la Antropología oficial, están siempre dispuestos a alterar todo con la finalidad de justificar sus tan cacareadas teorías.
El primero de esos mapas de Elliott Scott, llama mucho la atención y resulta interesantísimo. En él se ve lo que era el mundo hace OCHOCIENTOS MIL AÑOS A. C.
En ese entonces la región de los braquicéfalos (Brakhus=cortos y kphale=cabeza: hombres de cráneo corto), no existía. »
— «Desde el Estrecho de Bering pasando por Siberia y Europa hasta Francia y Alemania, LO ÚNICO QUE HABÍA ERA AGUA.
No había surgido todavía Siberia ni Europa desde el fondo de los océanos.»
— «De África no existía, sino la parte oriental, porque el Oeste y el Sur estaban sumergidos entre las embravecidas olas del Océano.
Aquel pequeño continente que entonces existía en el África Oriental, era conocido con el nombre de Grabonci.»
— «La América del Sur estaba hundida entre las aguas del Océano.
EE.UU., Canadá y Alaska, estaban sumergidas en el Océano Y SIN EMBARGO. ¡MÉXICO, YA EXISTÍA!
PARECE INCREÍBLE QUE HACE 800.000 AÑOS A. DE C. YA EXISTÍA MÉXICO, CUANDO TODAVÍA EUROPA NO APARECÍA, MÉXICO EXISTÍA.
Cuando Sudamérica no había salido de entre el fondo de los mares, ¡México existía!
Esto nos invita a comprender que entre las entrañas de la tierra Sagrada de México tan arcaica como el mundo, existen tesoros arqueológicos y esotéricos que todavía no han sido descubiertos por los arqueólogos. »
«La Lemuria fue por aquella época un gigantesco Continente que se extendía por el Pacifico.
¡Cuán monumental y enorme era la Lemuria!
La fisonomía del globo terráqueo era completamente diferente hace 800.000 años a. de C.
La capital de la Atlántida era TOYÁN, la ciudad de las 7 puertas de oro.»
- «Dirán los antropólogos lo que quieran, dirán que en que nos basamos para poder hablar sobre la Gran Capital (Toyán).
Quiero decirles a esos Señores, que tanto han trabajado por quitarle a la humanidad sus valores eternos y precipitarla por el camino de la involución, que tenemos datos exactos para poder hablar sobre la Atlántida, que existen mapas en donde se indica dónde estaba Toyán, la capital de la Atlántida; así pues, si hablamos, lo hacemos con pleno conocimiento de causa.
Si hablamos de la Lemuria y de la Atlántida, es porque fueron continentes que tuvieron existencia real.»
«Cuando se dice que las culturas de América vinieron a través del Estrecho de Bering desde el continente asiático, se está aseverando una espantosa FALSEDAD, porque los mapas antiguos demuestran que el Estrecho de Bering, la Siberia, Canadá y los EE.UU. NO EXISTÍAN.»
— «Hace 800.000 años, México ya tenía una población solemne, maravillosa, separada del Estrecho de Bering por los grandes Océanos.
Así pues, la Ciencia materialista habla de hipótesis, de conceptos, de lo que no ha visto.
Nosotros estamos hablando sobre bases sólidas como son los mapas de Elliott Scott y de otros similares que se encuentran en las criptas subterráneas de las cordilleras del Himalaya en el Asia Central.»
— «Los que aseveran que la raza humana llegó a América a través del estrecho de Bering están demostrando una gran ignorancia, un desconocimiento total de las antiguas cartas geográficas.
Con estas clases de aseveraciones los antropólogos materialistas están engañando a la opinión pública y abusan de la inteligencia de las gentes.»
— «Nosotros, repito, somos amantes de la investigación científica, del análisis exacto y no nos permitimos el lujo de dejamos engañar por las suposiciones basadas en los falsos utopismos de la Antropología materialista.»
Por tanto, apreciamos en este relato del Maestro Samael como LA HISTORIA NO ES UNA CIENCIA EXACTA, pues los antropólogos y los historiadores QUIEREN HACER COINCIDIR los hechos con sus conceptos que algunas veces rayan lo absurdo y ridículo.
La ciencia histórica dice que la cultura de la Gran Tenochtitlán data del año 1325, ¿CÓMO SE VA A LEVANTAR UNA GRAN CIVILIZACIÓN EN MENOS DE 200 AÑOS?
Cuando los conquistadores entraron en Tenochtitlán (México D.F.) se encontraron con grandes cosas de piedra, palacios, templos, pirámides, calzadas de baldosas de piedra, agua corriente y alcantarillado, etc., y todo esto pretenden los historiadores, que partiendo de unos indígenas incultos e incivilizados se construya en menos de 200 años, cuando en la mayoría de las capitales de Europa no existía todavía una adecuada organización, ni una planificación real.
La cultura de la antigua Tenochtitlán (como las culturas de las tierras sagradas del Mayab) viene desde la época de la Atlántida; es absurdo, por tanto, aceptar que en solo 200 años se pudiera levantar una civilización tan poderosa como la azteca.
Cristóbal Colón, descubrió América en el año 1492. Colón, hombre de gran tenacidad y firmeza intentó que el Rey Juan II de Portugal, le ayudara para llevar a cabo su empresa de descubrir otros mundos, pero el Rey Juan II lo somete a una junta de técnicos que rechazó la empresa.
Colón se trasladó a finales de 1484 a Cataluña y en ese mismo año a la corte de Castilla, allí encontró ayuda moral por parte de intelectuales, historiadores y círculos náuticos.
Antes de presentarse a los reyes, llega al Monasterio de la Rábida, en la primavera de 1485, donde su proyecto es bien acogido, sobre todo por Fray Antonio de Marchena. Colón se reúne primero con los miembros del Consejo Real y posteriormente con los reyes, quienes también someten su proyecto a una junta en Salamanca. Los técnicos, también rechazan la empresa; no obstante, Isabel piensa que es una oportunidad de expansión, en caso de salir bien la empresa.
Colón, al ver rechazado su proyecto, piensa ahora dirigirse al rey de Francia y ofrecérselo, pero los monjes de la Rábida le disuaden de hacerlo y median ante los reyes de España, quienes finalmente apoyan a Colón, financiando el proyecto.
Las capitulaciones daban a Colón el almirantazgo y el virreinato vitalicio y hereditario de las tierras exploradas, así como una décima parte de los beneficios que de ellas se obtuvieran.
El 3 de Agosto de 1492 salen de Palos (Huelva) con dos carabelas: «La Pinta» y «La Niña» y la nao «Santa María» y una buena y experimentada tripulación reclutada por los hermanos Pinzones. El 12 de octubre la expedición llega a Huanahani, en las Bahamas, descubre otras islas: Sta. María, Fernandina, Isabela, Juana (Cuba) y Española (Haití).
La nao «Santa María» encalla en Haití y Colón manda construir allí un primer puesto al que llama Fuerte Navidad. La Pinta y La Niña, hacen el viaje de regreso, pero un temporal separa a ambas. «La Pinta» llega a Galicia, mientras que «La Niña» en la que iba Colón llega a las costas de Lisboa en donde se le realiza un gran recibimiento (4 de marzo de 1493)
España y Portugal, inician una disputa de los derechos sobre las islas descubiertas que el Papa Alejandro VI mediante sus bulas y el Tratado de Tordesillas, pone final al conflicto. El Papa Alejandro VI en su bula «Inter Caetera» establece una línea de demarcación entre las esferas de influencias de España y Portugal y a su vez afirma la situación de los nuevos territorios como feudos papales. La bula otorga a los españoles el dominio de las tierras situadas a cien leguas al oeste de las Azores o de Cabo Verde, a la vez que da derechos a la corona española en la evangelización de los indígenas, comercio y colonización de las nuevas tierras.
Colón parte de Cádiz al mando de 17 carabelas y 1.500 hombres rumbo a las Américas. Descubre el archipiélago de las Antillas Menores, Puerto Rico y Jamaica y funda la primera ciudad La Isabela en la Española (Haití).
Los hidalgos de la Isabela se sublevan y envían emisarios a la corte de Castilla para informar de los abusos de Colón. Colón tiene que regresar a España y es retenido durante dos años mientras prepara un tercer viaje.
El tercer viaje lo inicia Colón en Sevilla y Sanlúcar de Barrameda el 30 de mayo de 1498 al mando de seis carabelas. Descubre Trinidad, la desembocadura del Orinoco, las islas Cubagua u otros entornos.
Otra nueva sublevación contra Colón por parte de Roldán, hace que los Reyes Católicos envíen a Francisco de Bobadilla con plenos poderes y órdenes de apresar a Colón y a sus hermanos: Bartolomé y Diego.
Bobadilla los envía a España, y desposeído de sus privilegios, salvo el de Virrey y Almirante, Colón es desagraviado por la Reina, quien, después de renovarle todos sus privilegios, le autoriza a realizar un cuarto viaje.
El 11 de mayo de 1502, Colón parte de Cádiz al mando de cuatro carabelas y llega a Cuba, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Los portugueses no se quedaron atrás en la conquista de nuevas tierras; enviaron a Vasco de Gama, quien partió desde Lisboa el 7 de junio de 1497 al mando de 4 navíos y 170 hombres. Llegó a la India, concretamente a Calicut, el 17 de mayo de 1498, abriendo nuevas rutas para las especies y la seda; Américo Vespuci, al servicio de Portugal, alcanzó Brasil en 1501. No obstante, el personaje cumbre en todo esto, es Hernán Cortés.
El fue el primero en afrontar la empresa de adentrarse en el Interior de México y expandir el imperio de la Nueva España.
Cortés, después de acumular la información y los medios necesarios, partió de Santiago (Isla Fernandina) en noviembre de 1518, para conquistar el Imperio Azteca.
Llevó consigo 11 barcos y 700 hombres. En la isla de Sta. Cruz Cozumel recogió a Jerónimo de Aguilar, quien había aprendido las lenguas indígenas y que serviría de intérprete a Cortés.
Tras un primer enfrentamiento con los nativos en Tabasco, fundó Veracruz. Hernán Cortés escribió una larga carta al Emperador Carlos V, fechada en el día 10 de julio de 1519 que decía:
«Ha una cordillera muy hermosa, alguna de ellas son muy altas entre ellas hay una que excede en mucha altura a las otras y es tan alta que si el día no es bien claro no se puede divisar, ni ver lo alto de ella y cuando no está cubierta de nubes, lo alto de ella esta tan blanco, que lo juzgamos por nieve, pero por ser esta región tan cálida, no lo afirmamos ser nieve».
«Los indígenas, son gentes de mediana estatura, de cuerpo y gestos bien proporcionados y llevan muy grandes y cosas feas en las orejas o en los labios, grandes ruedas de piedra o de oro. Los hombres tapan sus vergüenzas y encima del cuerpo llevan mantas muy delgadas y pintadas a manera de alquizales moriscos y las mujeres andan vestidas de unas muy delgadas camisas de algodón, labradas y hechas a manos a manera de roquetes».
«La dieta de esas gentes se compone de maíz, yuca, cuyes, pescado, caza y gallinas, criadas por ellos y que son grandes como pavos».
Referente a los nobles Cortés dice:
«Las casas son muy frescas y de muchos aposentos, porque nosotros hemos visto más de cinco patios dentro de una sola casa y tienen dentro sus pozos y albercas (piscina y baños) de agua y aposentos para gente de servicio, que tiene mucha. También tienen allí sus ídolos que adoran, dellos de barro, dellos de piedra, dellos de madera a los cuales honran y sirven en tanta manera y con tanta ceremonia que en mucho papel no podría hacer de todo ello a vuestras reales altezas entera y particular relación».
La conquista del Imperio Azteca comenzó en 1519 y finalizó en 1525.
Tenochtitlán 13 de agosto de 1521.
Ese día, es el día uno, serpiente en un año tres-casa.
Año nefasto en la interpretación de los astros en el calendario azteca.
El último reducto de la metrópoli que es Tlatelolco, es arrasada por los invasores y el último emperador Cuauhtemoc es hecho prisionero.
Cuauhtemoc en nahuac significa «El Águila que cae», el Sol Poniente.
Hernán Cortés, con los invasores españoles, nunca podía haber conquistado el imperio azteca a pesar de contar con armas y cañones.
Cortés hizo alianza con los Tlaxcaltecas que en la cantidad de 100.000 hombres atacaron la gran Tenochtitlán.
— Cortés llegó a Tenochtitlán en noviembre de l5l9 y tuvo un espléndido recibimiento por parte de Moctezuma, quien sabedor de los malos presagios que corrían contra su pueblo, no quiso irritar a Cortés. Cortés se hizo dueño de la situación y convertía en virtual prisionero a Moctezuma, a quien incluso llegó a humillar en público y llegó a hacer que juzgase a algunos de sus súbditos y los condenara a muerte.
Cortés puedo mantenerse así algunos meses con el único apoyo de sus hombres y de varios miles de Tlaxcaltecas y otros aliados.
Ocho meses más tarde, Cortés y los suyos se vieron obligados a una trágica retirada. El detonante de la insurrección, fue una matanza de nobles aztecas en el templo mayor de la ciudad mientras estaban celebrando la festividad de Huitzilopochtli.
Los hombres de Cortés, aguijoneados por Pedro de Alvarado, se lanzaron contra la pacífica concurrencia acuchillando y degollando a los despavoridos aztecas.
El inmediato clamor público señaló el comienzo de la batalla contra el invasor.
Atacados por flechas y jabalinas por el pueblo enardecido, se vieron obligados a atrincherarse en los recintos reales con sus aliados indios.
Cortés estaba en ese momento fuera de la ciudad a la que regresó con algunos soldados de Narváez (Gobernador de Cuba). Cortés entró en el Palacio de los Canales Reales, que comunicaba con el lago y obligó a Moctezuma dirigirse a su pueblo para que cesara el ataque. Moctezuma fue herido gravemente de una pedrada de la que murió tres días después.
En la noche del 30 de junio de 1520, tras más de un mes de intensa lucha, los españoles y sus aliados emprendieron su huida por la calzada de Tlacopan. Más de ochocientos soldados y más de dos mil tlaxcaltecas que apoyaban la invasión murieron intentando escapar en lo que se llamó la «noche triste».
Cortés, junto con los soldados que le quedaban, fue preparando durante 11 meses el ataque a Tenochtitlán, hasta que a finales de 1521, un ejército de 100.000 tlaxcaltecas y otras ciudades enemigas del imperio azteca atacaron y sitiaron
Tenochtitlán. Mientras la caballería y los infantes atacaban desde las tres calzadas, una flota de trece bergantines, construidos especialmente para esa acción asediaba la ciudad desde el lago.
El sucesor de Moctezuma, Cuitlahuac reinó poco, pues sucumbió ante la viruela que diezmaba la población. Cuauhtemoc, el último emperador, había planeado la defensa, fabricando nuevas lanzas para atacar a los caballos, convirtiendo cada casa en un fuerte. Con grandes pérdidas, los sitiadores derrumbaban los edificios para facilitar el asalto. Poco después de la incursión final, no quedaría piedra sobre piedra. Cuauhtemoc, el último emperador azteca, fue hecho prisionero cuando huía en una canoa.
Cortés no le da la muerte que Cuauhtemoc pide con el puñal que lleva en su cintura y le retiene como garantía ante posibles rebeliones futuras.
La historia Nahuac dice que el imperio se levantaría allí, en donde se encontrara un águila levantando el vuelo y devorando una serpiente.
También la historia azteca decía que cuando el águila cayera, caería el Imperio Azteca. Como ya dijimos, Cuauhtemoc significa el «Águila que cae».
La leyenda negra sobre el Imperio Azteca relata que cuando llegaron los conquistadores vieron que los aztecas realizaban muchos sacrificios humanos a sus divinidades. Algunos historiadores dicen que sacrificaban cerca de 20.000 personas al año, otros lo elevan a la cifra le 50.000.
Se dice que los sacrificios humanos entre los aztecas, comenzaron al principio del siglo XIV, aprox. 200 años antes la conquista. Al principio se hizo de tarde en tarde, pero con posterioridad se fueron haciendo más frecuentes según pasaba el tiempo, hasta llegar un momento que toda fiesta religiosa acababa con el sacrificio de algún ser humano.
Una de las fiestas importantes era el dios Texcatlepoca (Tezcatlipoca), dios de la noche y la muerte, al cual se le sacrificaba un cautivo de belleza perfecta, al cual vestían lujosamente antes de sacrificarle.
La historia cuenta que el cautivo se seleccionaba cuando moría el sacrificado y durante un año se le preparaba para su trágico final. Durante ese año se le colmaba de placeres e incluso siempre iba acompañado de una corte de servidores, pues se le consideraba el representante de la Divinidad Texcatlepoca; y sus días transcurrían en medio de festines ofrecidos por los principales nobles y cuatro bellas jóvenes que siempre le acompañaban.
Cuando llegaba el día fatal, se le despojaba de sus vestidos suntuosos y de sus joyas y una barcaza le transportaba al otro lado del lago, a un templo construido sobre la orilla.
Todos los habitantes de la capital acudían para ser testigos de la tragedia.
Conforme ascendía por la pirámide, el desdichado cautivo iba arrojando las guirnaldas de flores, preparadas para este fin.
Cuando llegaba al altar de los sacrificios y después de una pequeña ceremonia, cinco sacerdotes sujetaban a la víctima y la tendían sobre la piedra de sacrificios, cada sacerdote le sujetaba un miembro (piernas y manos) y el quinto la cabeza. El sexto sacerdote, ataviado con un manto rojo, le abría el pecho con un puñal de oxidina y hundía la mano derecha en el pecho de la víctima, extrayendo el corazón aún palpitante. El corazón palpitante era mostrado a la multitud y después depositado en el altar de la divinidad. El sacerdote-verdugo actuaba con igual convicción como lo hicieran también los monjes inquisidores que desolaron con tanta crueldad Europa.
A Tlaloc, el dios de la lluvia también le sacrificaron muchos cautivos, inclus niños. No obstante, los sacrificios humanos que hicieron los aztecas, y no es por justificarlo, no fueron tantos como los historiadores creen, pues éstos sacan los datos de los conquistadores.
A los conquistadores les interesaba aumentar las cifras y relatar las crueldades del sacrificio para así tener una coartada adecuada a los crímenes que Cortés y sus secuaces hicieron durante la conquista.
Por ejemplo, se relata que durante la fiesta del gran templo de Huitzilopotli, en el año 1486, se trajeron a la capital, desde todos los rincones del imperio, más de 60.000 cautivos que se sacrificaron en pocos días a la divinidad. Si reflexionamos, veremos que esa matanza no fue posible, pues ¿cuántos soldados y cuántos sacerdotes se hubieran necesitado para tal asesinato en masa? ¿Dónde arrojaron 60.000 cadáveres sin producir una gran epidemia? ¿Qué hicieron con la sangre de 60.000 cautivos, pues la pestilencia y las moscas que acudirían a la sangre harían insoportable la convivencia de los ritos?
Los historiadores también se equivocan y juzgan mal cuando leen que los soldados de Cortés contaron en un edificio la cifra de 136.000 calaveras.
Ellos no conocieron el simbolismo esotérico del Zompantlí (el muro o lugar de las calaveras). Allí iban los cráneos de los aztecas que morían, no de los que sacrificaban. Lo cierto era que el pueblo azteca hizo sacrificios humanos de ofrenda a sus dioses y las personas sacrificadas, eran normalmente cautivos de guerras, delincuentes, asesinos...
Todo imperio que degenera, termina haciendo sacrificios de un pueblo y el final siempre es horroroso y terrible, no obstante, lo interesante de la antropología gnóstica, es ver la grandiosidad de la edad de oro de este gran imperio que fue el azteca, y aprender de la devoción a las divinidades del respeto que veneraban a la naturaleza y la magnífica convivencia que entre ellos tenían.
M.P.
Gnosis México
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