JESUS EL CRISTO

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Gnosis por Samael Aun Weor

lunes, 3 de noviembre de 2014

ASPIRAR A ENTRAR ALGÚN DÍA EN EL ABSOLUTO

ASPIRAR A ENTRAR ALGÚN DÍA AL ABSOLUTO
POR: SAMAEL AUN WEOR

EL ABSOLUTO

Yo conozco todos los siete salones del Nirvana, y puedo asegurar que todos estos Dioses son felices, pero aspiran a entrar algún día al Absoluto, pues esa es la suprema aspiración de todos los Dioses.

El Absoluto está más allá del espíritu, y más allá de la materia, pero el Absoluto es la causa de ambos.

El Absoluto no es fuego, pero es la causa del fuego.

El Absoluto, es luz esplendorosa que como nosotros no entendemos, le decimos tinieblas pues la mucha luz nos enceguece.

El Absoluto está más allá del bien y del mal.

El Absoluto está más allá del tiempo y del espacio, más allá del número, límite o forma, más allá de la razón y de la intuición, más allá de esto o aquello, lado por lado, relación o cantidad.

El Absoluto está más allá del silencio o del sonido y de los oídos para percibirlo.

El Absoluto es el "No ser", que es el "Real Ser", le decimos "No Ser" porque es "Ser", en forma tan rara para nosotros y tan ajena a nuestro modo de comprender la vida, que le decimos: "No Ser", precisamente porque no lo entendemos.

Del Absoluto salimos sin Alma, y al Absoluto volvemos con un Alma de Diamante, y la túnica del Maestro ceñida sobre nuestros lomos.

El Absoluto se compone de hálitos, o rayos, hay rayos que tienen Alma, y hay rayos que todavía no la tienen.

Los hálitos que tienen Alma, son conscientes de su propia gloria, y de su "propio Ser" y felicidad, y esos son los dioses que ya se libertaron de las leyes de la Naturaleza, y viven en la dicha más inconcebible por un ser humano.

Y los rayos o hálitos que no tienen Alma, no se conocen a sí mismos, ni son conscientes de su propia gloria, su Conciencia es la del Absoluto, pero ellos no pueden decir todavía, "Yo soy el Absoluto".

Para ello necesitan primero descender al jardín cósmico y conseguir un Alma de Diamante.

El Absoluto es un sembrador que siembra sus semillas en el jardín de la cosmicidad, y cuando llega la gran Noche Cósmica, recoge sus frutos ya maduros, y con ellos se enriquece aun más, en la eternidad.

En cada Noche Cósmica, el Absoluto es más absolutamente perfecto, y en cada día cósmico el infinito es más infinitamente perfecto.

El Absoluto es nuestro hogar verdadero, de donde un día salimos, y a donde un día regresaremos vestidos con la túnica de Maestros del cosmos.

Allí viviremos infinitamente felices, entre la poderosa sabiduría de las tinieblas.

Alabado sea nuestro santo "Glorían". Por siempre jamás, amén.

samael aun weor



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