JESUS EL CRISTO

JESUS EL CRISTO
Gnosis por Samael Aun Weor

lunes, 3 de noviembre de 2014

EL ORIGEN DE LOS SIMIOS

EL ORIGEN DE LOS SIMIOS
POR: SAMAEL AUN WEOR

Indubitablemente en el continente Lemur, durante la era mesozoica, surgieron los primeros simios.

¿Más cuál sería su origen?

La Gnosis afirma en forma enfática que determinados grupos lemúricos humanos se mezclaron con algunas bestias sub-humanas para originar las especies de los simios.

Haeckel en modo alguno, se opuso jamás al concepto de que los simios habían tenido su nacimiento en Lemuria, aceptó siempre la realidad de ese continente.

Pero reflexionemos un poco.

¿En dónde estaba ubicada la Lemuria?

En el Océano Pacífico, eso es obvio.

Cubría una extensa zona de ese mar.

A través de diez mil años de terremotos se fue sumergiendo poco a poco entre las embravecidas olas del océano.

Más quedaron restos de Lemuria, en la Oceanía, Australia, la isla de Pascua, etc.

La Lemuria tuvo realidad, ocupó su lugar en un tiempo muy antiguo.

Que los simios hayan nacido durante la era mesozoica, en la época mismísima del Mioceno, tercera parte del Eoceno, no tiene absolutamente nada raro.

Pero ahí no terminan nuestras afirmaciones.

Otras especies de monos también tuvieron su origen en la atlántida de Platón, que no pasa de ser más que un simple mito para los señores materialistas fanáticos de la Pangea.

Sin embargo, la Atlántida existió aunque ellos la nieguen.

Ya ha sido descubierta, aunque ellos se opongan.

Cualquiera que haya estudiado el suelo marino, sabe muy bien que entre América y Europa existe aún hoy en día una gran plataforma.

Precisamente algunos científicos que descubrieran la Atlántida, se propusieron explorarla desde España.

Sin embargo era la época del régimen de Franco y no les fue posible.

La Atlántida no es pues lo que se cree una leyenda fantástica.

Tuvo realidad.

El mapa del mundo en otro tiempo fue completamente diferente, distinto.

Todo va cambiando.

Aun la mismísima Pangea de los materialistas antropólogos tiene que haber sufrido tremendos cambios.

LOS CONTINENTES SON FLOTANTES

Pues bien sabemos nosotros que los continentes son flotantes, ya Don Mario Roso de Luna lo ha explicado claramente y esto no debe sorprender a nadie.

En eso sí están de acuerdo los materialistas de la Pangea, no lo niegan; más les falta muchísimo todavía como para conocer las causas o motivos de tales flotaciones continentales.

Yo creo que si ellos se leyeran a Don Mario Roso de Luna, cosa que la considero bastante imposible, completarían mejor sus informaciones.

Si pensáramos en nuestra Tierra como un huevo, la yema serían los continentes sosteniéndose sobre una clara, y entre la yema y la clara no faltan, naturalmente, substancias, líquidos, elementos que la ciencia materialista, hoy por hoy, desconoce.

Hay quienes creen que ciertos tipos de monos superiores, o de changos, diríamos nosotros, como el gorila, el chimpancé viene de Lemuria.

También hay quienes afirman claramente que las clases inferiores como el catirrino, el platirrino, etc., vienen propiamente de la Atlántida.

En esto no pondremos objeciones, pero sí tenemos que reflexionar, y profundamente.

Fue en realidad en la tercera parte del eoceno cuando el hombre caído llegó a mezclarse hasta con las mismísimas bestias de la naturaleza.

Existe por ahí entre las inquietudes intelectuales del mundo, el famoso problema aquél del hombre y del mono.

Algunos sostienen que el hombre viene del “chango”, otros que el “chango” viene del hombre.

De cuando en cuando se agita la opinión pública con el mismo problema, y luego duerme nuevamente, “miles” de años (es por oleadas).

Hay épocas en que a la gente le entra la fiebre por ahí: vuelven a la misma cosa, a saber quién viene de quién y cuál es el eslabón que une al hombre con el “chango”, con el mono (el famoso “eslabón perdido”).

Repito: Algunos piensan que el hombre viene del mono, otros que es al revés, que es el mono el que viene del hombre, al fin, nadie sabe quién viene de quién.

Más la cruda realidad de los hechos es que en la época de la Lemuria (sobre todo a fines, en la época dijéramos POSTLEMÚRICA), algunos “ANIMALES INTELECTUALES” SE CRUZARON CON CIERTAS BESTIAS DE LA NATURALEZA.

Ciertos elementos masculinos se cruzaron con BESTIAS FEMENINAS, y de ahí resulto CIERTO TIPO DE MONOS, SIMIOS.

Después, cuando la ATLÁNTIDA se sumergió entre el fondo del océano, quedaron aisladas en algunas regiones de la Tierra ciertas mujeres, que a su vez también se cruzaron con BESTIAS MASCULINAS, y ya, desde ahí, resultó OTRO TIPO DE “CHANGO”, DE MONOS, SIMIOS, ORANGUTANES, ETC.

De manera que, la cruda realidad es que esa clase de simios, los monos, los “changos”, los orangutanes, los gorilas, VIENEN DE LA RAZA HUMANA.

Si pudieran hablar en nuestro lenguaje y hacer un “mitote” (todos esos changos que están encerrados en Chapultepec, en México), podrían bien decir:

“Nosotros somos los hijos de ustedes, nosotros los representamos a ustedes; nosotros somos el resultado de sus barbaridades, nosotros somos el resultado de sus bestialidades; nosotros los acusamos a ustedes porque ustedes nos dieron la vida... ¡Perversos, vagabundos!”

Pero los pobrecillos no pueden decir eso y tienen que permanecer encerrados en sus jaulas, sirviendo ahí de crudo testimonio “sangrón” para todos los pobres “animales intelectuales”.

De manera que buscan el eslabón que une al hombre con el “chango”, pues esa clase de bestias que sirvieron de eslabón tanto al final de la Lemuria, como de Atlántida, ya desaparecieron del escenario de la Naturaleza, ya no los busquen más; mejor es que se encarguen de eliminar de su interior lo que hay de bestialidad.

 samael aun weor



No hay comentarios:

Publicar un comentario