EL
DESDOBLAMIENTO
POR:
SAMAEL AUN WEOR
1- ¿Qué
es el desdoblamiento?
R-
¿Ignora usted realmente lo que es el desdoblamiento?
Entiendo
muy bien, señorita, que su pregunta es sincera.
El
desdoblamiento es sumamente simple y sencillo; es un fenómeno natural como el
comer, el beber, etc., etc.
Es
claro que cuando el cuerpo físico está adormitándose, el alma se sale de éste y
viaja por todas partes, al regresar el alma, al meterse otra vez en su cuerpo
recuerda muchas veces los lugares donde estuvo, las personas con las que habló,
etc., y a esto le denomina sueños; tal es realmente el desdoblamiento.
2-
¿Esto sólo puede hacerse en sueños o también a voluntad?
R- De
todas maneras se necesita sueño para poder desdoblarse aunque sea a voluntad.
3- ¿El
desdoblamiento no es peligroso?
R- Me
parece que hacerse uno consciente de sus propios fenómenos naturales jamás
puede ser peligroso; uno debe hacerse consciente de los alimentos que come, de
lo que bebe, del estado en que se encuentra su salud y también del proceso del
desdoblamiento que ocurre en toda criatura viviente.
4-
Explíqueme usted la técnica para poder desdoblarme. Quisiera ir a París a
voluntad.
R-
Aquello que hace usted siempre en forma involuntaria, inconsciente; aprenda a
hacerlo en forma voluntaria y consciente.
Siempre
se ha desdoblado usted; en instantes al estar dormitando toda alma se sale del
cuerpo en forma desafortunadamente inconsciente; haga usted eso mismo, pero en
forma voluntaria y consciente repito; cuando se sienta en ese estado de laxitud
propia del sueño, cuando comience a dormitar, imagínese ser como un fantasma
sutil, vaporoso; piense que se va a salir de su cuerpo; comprenda que usted no
es el cuerpo; entienda que usted es un alma; siéntase siendo alma y levántese
de su lecho con suavidad, delicadamente, como se levantan las almas.
Esto
que le estoy diciendo tradúzcase en hechos concretos; no se trata de pensar,
sino de hacer!
Al
levantarse, de luego un saltito dentro de su propia recámara con la firme
intención de flotar en el espacio; así, es claro que si flota es porque ya está
fuera del cuerpo físico; entonces puede salir de su recámara y flotar en el
espacio; puede irse a París, Londres o al lugar a donde quiera; mas si no
flotare es porque se ha levantado de su cama, con cuerpo físico, entonces
métase nuevamente entre su lecho y repita el experimento.
5- ¿Al
flotar, el cuerpo físico queda en el lecho?
R-
Quiero que usted me entienda; es claro que si usted flota en el medio ambiente
circundante es porque está fuera del cuerpo físico; en este caso concreto debe
usted comprender que su cuerpo ha quedado metido dentro de la cama y que usted
está fuera del cuerpo y lejos de la cama.
6-
¿Cuando uno siente flotar debe pensar que viaja a un lugar determinado?
R-
Quiero que usted comprenda que no se trata de pensar, sino de hacer, que es
diferente.
Por
ejemplo, yo estoy viéndola a usted sentada en esa silla, más si usted piensa
que se va a levantar de esa silla y se va a la calle y no actúa, es claro que
ahí permanecerá sentada en la silla; acción es lo que se necesita: ¿me ha
entendido?
7- Eso
es lo que me gusta de la Gnosis que todo lo que no entiendo me lo explican
claramente.
R- Eso
es claro a nosotros nos gusta la exactitud en todo, la precisión.
8-
¿Puede contarme algún caso concreto de desdoblamiento a voluntad?
R- Con
el mayor placer, distinguida señorita, voy a relatarle un caso personal.
Quiero
contarle a usted mi primer desdoblamiento; era yo muy joven todavía cuando
resolví desdoblarme a voluntad.
Recuerdo
claramente que entonces puse mucha atención en el proceso del sueño y cuando ya
me sentí dormitando en ese estado de transición que existe entre vigilia y
sueño, actué inteligentemente.
Yo no
me puse a pensar en que me iva a desdoblar, porque es obvio que me hubiera
quedado pensando y no hubiera realizado el anhelado experimento; repito: actué,
me levanté con gran suavidad de mi propio lecho y al hacerlo se produjo una
separación muy natural entre el alma y el cuerpo; el alma quedó afuera y el
cuerpo quedó en la cama dormido.
Salí de
mi casa a la calle en forma espontánea y clara y luego caminé por una calle
solitaria.
Deteniéndome
en la esquina siguiente de la calle, reflexioné por unos instantes sobre el
lugar a donde debería dirigirme; resolví marcharme a Europa.
Es
ostensible que tuve que viajar por encima de las aguas del Atlántico flotando
maravillosamente en el espacio luminoso; me sentí lleno de una dicha
inconcebible para los seres humanos y al fin llegué a la ciudad de París.
Caminando
o mejor dicho flotando en esa atmósfera luminosa, sentí instintivamente la
necesidad de entrar en una casa.
No me
pesa haber penetrado en cierta mansión lo curioso del caso fue el encuentro con
un iniciado que había conocido en antiguas reencarnaciones.
El también
estaba fuera del cuerpo; pude evidenciar ciertamente que su cuerpo yacía
dormido entre la cama; junto a él vi a una mujer y dos niños que también
dormían; entendí que se trataba de su esposa y de sus hijos.
Saludé
cariñosamente a mi amigo y al alma de su esposa, que estaba también fuera del
cuerpo; no está demás decir que como los niños aquellos dormían, sus almas
estaban afuera.
Trataron
de asustarse aquellas almas infantiles con mi inusitada presencia; comprendí la
necesidad de retirarme para evitar que tales almas espantadas regresaran a sus
respectivos cuerpos; es incuestionable que si esto hubiera sucedido, los niños
hubieran llorado entre la cama y el llanto habría despertado a mi amigo y a su
esposa; entonces el diálogo se habría suspendido; tanto el alma de mi amigo
como la de su esposa se hubieran visto obligadas a penetrar en sus respectivos
cuerpos de carne y hueso.
Todo
esto comprendí en milésimos de segundo y para evitar precisamente este
problema, propuse a mi amigo abandonar la casa para salir conmigo a dar una
vuelta por las calles de París; grande fue mi alegría cuando el aceptó.
Nos
fuimos juntos por las afueras de aquella gran ciudad y hasta le aconsejé volver
al Camino entrando en la Senda de la Luz; por último le propuse visitar un
Templo maravilloso que existe en Alemania; mi amigo declinó tal invitación
diciéndome que no podía hacer eso porque debía concentrar su atención en los
problemas de la vida práctica, puesto que tenía mujer, hijos, etc., etc.; me
despedí de aquel Iniciado y suspendiéndome en la atmósfera, pasé por encima de
unas grandes murallas y luego me fui por una carretera, por un camino
serpentino lleno de cuervas, hasta que llegué a un Templo maravilloso.
Frente
a tal Santuario vi a muchas almas de distintas nacionalidades; gentes que
durante las horas del sueño se escapaban de su cuerpo denso para llegar hasta
aquí.
Todas
esas gentes reunidas en distintos grupos platicaban entre sí; hablaban del
Cosmos, de las leyes, de las reencarnaciones y del Karma, de los misterios de
la vida y de la muerte, etc.
Busqué
entre tales grupos a cierto amigo hábil en el desdoblamiento, más no lo hallé.
Entonces
me acerqué hasta el umbral del Templo y vi un jardín exquisito con flores
deliciosas que exhalaban un perfume embriagador; en el fondo se destacaba la
silueta de un Templo espléndido iluminado por los esplendores de las estrellas;
quise entrar, más el guardián intervino diciéndome: "Este es el Templo de
la sabiduría; retírate, todavía no es tiempo".
Obedeciendo
las órdenes, me retiré a cierta distancia sin alejarme demasiado del umbral;
entonces me miré a mí mismo; observé mis manos y mis pies espirituales y hasta
me permití el lujo de compararlos con las manos y pies de ese cuerpo de carne y
hueso que allá, en la América Latina, en la tierra sagrada de los aztecas,
había dejado dormido entre el lecho.
Es
evidente que todas estas comparaciones dieron por resultado que
instantáneamente regresara a mi vehículo físico material que roncaba
profundamente dormido entre la cama; entonces desperté sobresaltado diciéndome:
"Estuve
en el Templo de la Sabiduría; qué dicha, qué felicidad".
Todavía
hoy no puedo olvidar aquella luz tan blanca, tan inmaculada que resplandecía en
aquel Santuario.
Ciertamente,
esa luz no parecía de ninguna lámpara física; salía de todas partes y no hacía
sombra de ninguna especie.
9-
¿Puede uno viajar a cualquier lugar aun sin conocerlo?
R- Yo
fui a ese Templo Divino y sin embargo, no lo conocía, me llevó dijéramos un
"sentido telepático superior", podría decirle que me guió mi propio
Espíritu.
10-
¿Cuando hace el desdoblamiento a voluntad puede recordar cuando despierta a
donde fue?
R- Es
claro que si no recuerda es porque no se ha desdoblado a voluntad, pues a mí me
parece imposible que una persona que se desdobla a voluntad, que sale del
cuerpo intencionalmente, conscientemente, no sea capaz de recordar lo que vio
fuera de su cuerpo.
Por
ejemplo, cuando usted sale de su casa a la oficina y luego regresa de la
oficina a su casa, ¿recuerda lo que vio en la oficina? ¿el trabajo que ejecutó,
las órdenes de su jefe?
11- Si,
recuerdo todo lo que hice en la oficina cuando regreso a la casa.
R- Pues
este es el mismo caso, señorita; recuerde que su cuerpo físico es una casa de
carne y hueso; si usted se sale a voluntad de tal casa verá muchas cosas y si
se regresa usted voluntariamente, también es obvio que recordará todo lo que
vio y oyó.
samael
aun weor
Cap.8 del
libro MAS ALLA DE LA MUERTE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario