HERCULES
Los primeros nueve trabajos de Hércules
La religión griega con sus abundantes dioses y diosas, que intervenían en la vida de los mortales, inspiró una de las más bellas y poéticas mitologías del mundo, los griegos, a través de los mitos dejaron su sabiduría y enseñanza donde se reflejan las grandes verdades cósmicas y los principios universales.
Esta mitología presenta nuestro interior bajo la figura de repugnantes monstruos, pero enseña también a enfrentarlos y a eliminarlos para así alcanzar el Olimpo Interior.
Los héroes griegos eran hombres como Jason de Tesalia, Teseo de Atenas, Hércules o Herakles de Tebas, Perseo de Argos, Odiseo de Itaca, etc. Todos ellos se caracterizaban por su valentía y fuerza, luchaban con monstruos y realizaban tareas imposibles para el común de los hombres.
Hércules viene a representar al Cristo Intimo, al Ser espiritual, prototipo de lo que debe ser el hombre: alcanzar por medio de esfuerzos y súper esfuerzos la perfección espiritual, la auto-realización íntima del Ser.
Desde su nacimiento como auténtico hombre, se encuentra rodeado de peligros que debe enfrentar por sí mismo; siendo todavía niño, la diosa Hera, madre principal del Olimpo y esposa de Zeus, esta diosa es símbolo de la divina Madre, quien guía y protege al iniciado, ella prueba al valor e inteligencia del adepto, al enviarle dos grandes serpientes que Hércules con sus manos las estrangula, alegoría de la lucha consigo mismo que a cada instante debe llevarse a cabo.
Los griegos rendían culto al eterno principio masculino, como fuerza expansiva de la creación, representado por Zeus, el padre de todos los Dioses y Hera simbolizaba el eterno principio femenino o fuerza receptora y productora del universo y vivían en el Olimpo (la morada de los dioses).
Los primeros nueve trabajos de Hércules, el héroe solar, están relacionados con los nueve grados de la maestría, una cosa es ser maestro y otra muy diferente es alcanzar la perfección en la maestría. Estos grados se refieren al peregrinaje individual que todo iniciado debe efectuar en nueve periodos sucesivos en las nueve esferas planetarias de la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, lo cual significa liberar la esencia embotellada en los mundos sumergidos de los planetas mencionados.
Captura y muerte del león de Nemea es la primera tarea del adepto resurrecto, este animal monstruoso y feroz hacía intransitable el camino entre Nemea y Micenas, por lo que el Rey Euristeo le ordenó matarlo y llevarle la piel, desde entonces Hércules llevó sobre sus hombros la piel de león, indicando de esta manera el dominio de las pasiones humanas y la fuerza de los instintos infrahumanos. Hércules desintegró en el infierno lunar con la indispensable ayuda de la divina madre a las tres furias clásicas que habitan en el interior de cada uno de nosotros y que vienen a representar al demonio del deseo, de la mente y de la mala voluntad. Así como a Mara, el padre de las tres furias.
Había que continuar en la lucha y el héroe se enfrenta a la Hidra de Lerna, monstruo mitológico cuyo aliento y olor de sus huellas era suficiente para causar la muerte; dotado de 9 cabezas que se regeneraban inmediatamente al ser cortadas, en la difícil tarea, el héroe solar se hace acompañar de Yolao, su auriga e inspirador.
Esta Hidra polifacética e inmortal es también una imagen alegórica que personifica claramente a la mente con todos sus defectos psicológicos. Los agregados psicológicos de múltiple estructura, eliminados en la esfera sumergida lunar, continúan existiendo en los diversos repliegues de la mente, como las cabezas de este fatal monstruo.
Con carbones encendidos, Yolao quema las cabezas renacientes, Hércules tras haber cortado la cabeza inmortal, símbolo del amor auténtico, la esconde bajo una gran roca que ha de servir como “Piedra filosofal”
La tercera hazaña de Hércules se refiere a la captura de dos animales, uno suave y veloz y turbulento y peligroso el otro: la cierva Cerinitis y el jabalí de Erimanto.
La cierva de patas de bronce y cuernos de oro era consagrada a Diana, este animal sagrado era disputado por Apolo el dios del fuego, una clara alusión del alma humana y el jabalí perverso cual ninguno es el símbolo viviente de todas las bajas pasiones animales. El iniciado debe reducir a polvareda cósmica al espantoso jabalí, eliminar los gérmenes causales de los defectos eliminados. La eliminación radical de cualquier defecto psicológico fracasa absolutamente cuando no se disuelve su causa secreta.
La siguiente obra de Hércules es extraordinaria, la limpieza de los establos de Augías, rey de la Elida, cuya hija, conocedora de las virtudes de las plantas, preparaba con ellas mágicos brebajes, los mencionados establos que albergaban innumerables rebaños, no se habían limpiado nunca, son viva representación de nuestros propios fondos subconscientes sumergidos, múltiples agregados psíquicos que constituyen el Ego pueblan el establo y entre ellos había doce toros alegorizando el karma zodiacal. (El iniciado debe acabar con este tipo de karma)
Hércules debía limpiar ese lugar inmundo en un solo día y dicen viejas tradiciones que lo logró haciendo un agujero en la pared y desviando el curso de los ríos Alfeo y Peneo para que sus aguas limpiaran esos lugares infestados, lo cual significa que debemos saber utilizar sabiamente nuestras energías creadoras para purificarnos y fortalecernos internamente.
El quinto trabajo del héroe solar fue la captura y caza de las aves antropófagas que habitaban en las orillas del lago Estinfaleo y según cuentan las tradiciones antiguas, tenían el pico, las garras y las alas de bronce, matando a los hombres con sus bronceadas plumas. Esas crueles aves son las que menciona Virgilio, el poeta de Mantúa, en la Eneida.
Estas aves antropófagas vienen a representar los yoes de tipo brujesco que en lo profundo del subconsciente todos los seres humanos llevamos, defectos que debemos combatir para que nuestra conciencia se libere y goce de la dicha y felicidad infinita de los mundos superiores.
El sexto trabajo de Hércules corresponde a la captura del toro de Creta.
En esta sexta tarea, cuenta la leyenda que el Dios Neptuno sacó de las aguas a este animal y lo ofreció al Rey Minos para que éste lo sacrificara en holocausto, pero el rey codicioso lo encontró tan hermoso que lo guardó para sí, por tal motivo Neptuno hizo que el toro se volviera furioso y temible, causando grandes estragos en la isla, su captura fue encomendada a Hércules y después de enconada lucha con la fiera, logró vencerlo y llevarlo al rey Euristeo.
Este toro de figura espantosa, horripilante y terriblemente fuerte viene a representar impulsos sexuales, irreflexivos, tentaciones sexuales que asedian en forma inclemente al iniciado.
La séptima hazaña es la captura de las yeguas de Diómedes, rey de Tracia e hijo de Ares, quien era dueño de estos animales antropófagos que mataban y se comían a los náufragos que llegaban a las costas de esta isla. Estas infernales yeguas alegorizan elementos infrahumanos pasionales profundamente sumergidos en regiones del subconsciente, el adepto debe eliminar de su psiquis la totalidad los elementos subjetivos y la pasión animal. (yoes despiadados y pervertidos).
En la esfera sumergida de Urano trabaja el héroe solar para desintegrar al mal ladrón Caco. Jesús, el gran Kabir fue crucificado junto a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda, Agato el buen ladrón quien roba la energía creadora con el propósito de cristalizar al Cristo Íntimo y Caco el mal ladrón escondido en el infraconciente humano, utiliza esta energía para satisfacer sus pasiones inferiores, estos dos ladrones representan la eterna lucha entre el bien y el mal
El noveno trabajo corresponde a la conquista del cinto de Hipólita, reina de las amazonas, alegorizando el aspecto psíquico femenino de nuestra propia naturaleza interior. Terribles mujeres tentadoras asedian incansables al adepto con sus sutiles encantos abismales, incitadas por Hera, tarea nada fácil para el iniciado. Aún cuando Hipólita había consentido cederle pacíficamente su cinto a Hércules, debido a este hecho es sacrificada por la brutalidad masculina, que pretende apoderarse violentamente de su innata virtud. Ese cinturón maravilloso análogo al de Venus y emblema de la feminidad, pierde todo significado y valor al ser separado de su legítima poseedora: por lo tanto el amor y la no violencia, hacen que su conquista sea realmente significativa y valedera.
Son nueve grados los que Hércules necesita para lograr la perfección de la maestría, cada grado tiene sus correspondientes pruebas, la lucha es consigo mismo, si el adepto logra vencer su naturaleza egoica, libera la conciencia y consigue la resurrección del Ser.
Enviado por: Ma. Guadalupe Licea Rivera del ICQ San Luis Potosí, S.L.P. México
“Ha llegado la hora en que nosotros debemos lanzarnos a la lucha con estas enseñanzas, ha llegado la hora en que debemos preocuparnos por conocernos a sí mismos, profundamente, terriblemente, hondamente… ¡continuad adelante con valor, con voluntad, con tenacidad! Samael Aun Weor.
HERCULES. PARTE II
Los últimos tres trabajos de Hércules
HERCULES. PARTE II
Los últimos tres trabajos de Hércules
A la Tercera Montaña se le denomina "La Ascensión", que corresponde a los tres últimos trabajos de Hércules, destruye los agregados psíquicos de la cara oculta de la luna psicológica.
La Décima hazaña de Hércules fue la conquista del rebaño de Gerión. El monstruoso gigante Gerión tenía tres cuerpos inmensos coronados por tres cabezas y vivía en la fabulosa isla de Eritia, (la Roja) ubicada en el océano Atlántico, éste gigante poseía un rebaño de bueyes rojos y los perros llamados Ortros (hermano de Cancerbero) y Euritrión.
En su viaje hacia esta isla y al llegar al estrecho de Gibraltar, que separa Europa de África, levantó dos grandes columnas (Calpe y Abyla) una en cada continente. Estas son las dos columnas de la masonería oculta; Jakin y Boaz, (rigor y misericordia, hombre y mujer, sabiduría y amor…)
Esta tarea de Hércules se realiza en los mundos infiernos del planeta Plutón. La conquista del rebaño de Gerión matando a su poseedor, significa saber conducir las almas por el camino recto, para no llevarlas al abismo. Los perros Ortro y Euritrión, son representación de la pasión animal que hay que desintegrar para edificar las dos columnas, Adán y Eva indudablemente son el significado de las dos columnas de Hércules, reconciliación con lo divinal, regreso de la pareja divinal y vuelta al Edén, retornar al punto de partida original, volver al primer amor.
Undécima hazaña de Hércules consiste en apropiarse de las manzanas de las Hespérides, (las Ninfas), hijas de Héspero (Atlas) vivísima representación del planeta Venus, el lucero precioso del amor. Al casarse Zeus con Hera, la diosa Gea (la tierra) les regaló unas manzanas de oro y Hera las encontró tan hermosas que las hizo plantar en el jardín de las Hespérides. El manzano era custodiado por un dragón inmortal con cien cabezas, hijo de Tifón y Echidna.
Además de hermosas, estas manzanas estaban dotadas de prodigiosas virtudes, tanto que una de ellas fue disputada por las tres diosas principales del Olimpo ante el joven Paris y se llamó “la manzana de la discordia”. Lo primero que hizo Hércules fue informarse del lugar donde se encontraba el maravilloso jardín, lo supo por unas Ninfas y Nereo el gran anciano de los mares, al que Hércules encadenó para que le dijera lo que necesitaba saber, se encaminó en su penúltimo trabajo hacia África donde luchó cuerpo a cuerpo con el gigante Anteo, hijo se Poseidón, al pie del Caucaso libertó a Prometeo, matando al águila que lo atormenta, Prometeo le aconsejó que no fuera él quien cogiera las manzanas, sino que utilizara a Atlas, quien carga el mundo en sus espaldas. Finalmente las simbólicas manzanas de oro le son entregadas por las mismas Hespérides, matando previamente al dragón que las guardaba. Se cuenta que por haberse dejado robar las manzanas, las Hespérides fueron convertidas en árboles: un álamo, un olmo y un sauce, donde más tarde a la sombra de ellos descansaron los Argonautas y el dragón que custodiaba el jardín fue transformado en la constelación de la Serpiente.
Esta tarea está íntimamente relacionada con el relato bíblico de los frutos del Árbol de la ciencia del bien y del mal en el jardín edénico (cuarta dimensión) donde el dragón es sustituido por la serpiente tentadora, quien invita a recoger y probar esos frutos maravillosos que Hércules después entrega a Atenea la diosa de la Sabiduría y su divina protectora. El intrépido descenso al Tártarus del decimoprimero planeta de nuestro sistema solar, es inaplazable antes del Ascenso al Padre (Primer Logos), guiado por el Nereo interior o maestro guía quien pacientemente enseña al adepto todos los peligros. Anteo: alegórico personaje, quien representa a las hordas tenebrosas del abismo. Después de terribles batallas en la terrible ciudad de Dite, hubo de ser liberado el Lucifer-Prometeo interior.
Decimosegundo trabajo de Hércules.
Esta heroica tarea consiste en sacar de su dominio al feroz perro cerbero (quien guarda las puertas del infierno), siendo el más difícil de los doce trabajos, solamente puede cumplir esta tarea con la aprobación del mismo Hades o Plutón y con la ayuda de Hermes (el mercurio) quien le guía en el camino de regreso y Minerva una representación de la Divina Madre, quien actúa como guía y protectora, otorgando también la sabiduría. El perro tricípite (el instinto sexual) conduce al iniciado por el camino que va de las tinieblas a la luz, de la muerte a la inmortalidad. El perro jala la traílla de su amo, conduciéndole por el escarpado sendero hasta la meta, posteriormente el can debe descansar y entonces viene la Gran Renunciación, el desprendimiento de todas las cosas materiales y la eliminación radical del deseo de existir.
Adueñarse completamente del perro tricípite sin arma alguna, (condición que le pone Plutón a Hércules para sacar al perro) significa de hecho el control absoluto del sexo, no dejarse dominar por las pasiones ni las tentaciones. La culminación del “Magnus Opus” la gran obra, nos lleva a gozar de los frutos del Árbol de la Vida, a penetrar en las regiones moleculares y electrónicas de tipo divinal, trascendental, pero antes debemos lograr una revolución integral de la conciencia, es necesario el nacimiento segundo, llevar a cabo la muerte de todos agregados de tipo psicológico y el sacrificio por la humanidad.
La vida descendiendo desde el Absoluto a través de los trece Aeones (regiones inefables y divinas) penetrará en el cuerpo del hombre resurrecto y éste será inmortal, la salud será recobrada, jamás volverá a tener enfermedades. La Piedra filosofal es el Cristo Intimo vestido con sus cuerpos de oro. Esa envoltura de oro es el To Soma Heliakón (el cuerpo de oro del hombre solar), cuando tiene la piedra filosofal la naturaleza le obedece, posee el elíxir de larga vida (puede conservar el cuerpo físico durante muchos años), entre otros atributos. Obtener la Piedra Filosofal es encarnar al Cristo Intimo, es el objetivo de la Gran Obra.
Enviado por: Comisión Secretaría del ICQ Gnosis.
Bibliografía del tema: Libro las Tres Montañas.
La Iniciación no se compra ni se vende. Huyamos de aquellas escuelas que dan iniciaciones por correspondencia. Huyamos de todos aquellos que venden iniciaciones. Samael Aun Weor. Matrimonio Perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario