LA CONSIDERACION INTERNA
NOTA SOBRE LA CONSIDERACION INTERNA
Es siempre útil observar las formas que adopta nuestra consideración interna.
La consideración interna es una de las cosas que el Trabajo nos ensena a observar en nosotros mismos.
Si usted practica la observación de si en el sentido del Trabajo es preciso que aprenda lo que ensena observar el Trabajo, y a clasificar sus observaciones.
No conviene intentar observarse a sí mismo sin ton ni son.
Hare ahora a cada uno de ustedes esta pregunta:
¿Ha observado sus formas típicas de consideración interna?
¿Cree que alguien hubiera debido contestar a su carta más temprano o darle los Buenos Días?
En otras palabras, ¿cree que alguien debería tratarlo de una manera diferente?
Esta forma de consideración interna que es llamada "hacer cuentas", es ese sentimiento de que los otros le deben algo, de que no es tratado justamente por lo general y que su peculiar excelencia y valor no son apreciados.
Todo ello da origen a gran cantidad de materiales psicológicos pésimos y establece en su mente muchas formas de asociación de las que luego le costara liberarse.
Además, estas formas de consideración interna siempre conducen a los estados negativos.
Una gran parte de la consideración debe su origen a una especie de debilidad en nosotros. Esperamos demasiado.
Como lo dice la frase de Trabajo tenemos muchas exigencias en la vida.
Una persona que tiene muchas exigencias es siempre difícil.
Pero es preciso recordar que el Trabajo le exige ciertas cosas y esto es una cuestión muy diferente.
Puedo enojarme con una persona en el Trabajo, no a causa de una consideración interna mecánica, sino porque esa persona no trata el Trabajo correctamente, esto es, no valora apropiadamente el Trabajo.
Cuando tenga que encararse consigo mismo en conexión con la valoración del Trabajo no puede comportarse en una forma completamente mecánica y si se comporta mecánicamente tendrá que sufrir las consecuencias.
Por ejemplo, si alguien me dice una mentira obvia, si me enfurezco, ya sea que lo exprese o no, no actuó desde la consideración interna mecánica o el sentimiento personal.
Es mi sentimiento por el Trabajo mismo lo que me enfurece con la persona que me miente.
El Trabajo dice que nunca se debe mentir al propio maestro, si, por ejemplo este pregunta que ha sucedido exactamente.
Es poco probable que le hagan dicha pregunta pero si se la hacen debe recordar y comprender que no ha de mentir porque un hombre que miente en este sentido superior en el Trabajo miente al Trabajo mismo.
Entonces el Trabajo no puede ayudarlo.
Este rasgo, la mentira, que suele ser el Rasgo Principal de una persona, penetrara en todo lo que hace, porque no se puede hacer una sola cosa sin que esté conectada estrecha o remotamente con el Rasgo Principal.
Al mismo tiempo una persona suele mentir en un momento crítico, desde un centro o desde un "Yo", y luego sentirse avergonzada porque otro "Yo" de mejor calidad la censura.
Esta es una señal inmediata de que dicha persona puede crecer, de que su Ser puede cambiar.
Ahora bien, del mismo modo que el cuerpo físico no puede crecer correctamente a menos de estar apropiadamente proporcionado y justamente conectado, así el cuerpo psicológico que intentamos formar, el Segundo Cuerpo, como es llamado, no puede crecer correctamente a menos de estar apropiadamente formado y proporcionado y exactamente conectado.
Todos ustedes podrán ver por si mismos que la mentira establece conexiones equivocadas y que si se acostumbran a mentir y siempre se justifican, están construyendo un cuerpo psicológico torcido y deformado y que no sirve de nada en el momento de la muerte, cuando cesan las influencias de vida.
Ahora bien, si una persona se pasa todo el día considerando internamente, en forma secreta o franca, y "hace la cuenta" a las otras personas, le sucederán por lo menos dos cosas.
Una de ellas es que perderá gran cantidad de fuerza en esta continua consideración interna que lleva a tantos cursos de pensamiento y de sentimiento negativos.
La segunda es que el cuerpo psicológico estará en muy mal estado.
Estará deformado de hecho.
No puede desarrollarse debidamente y así no es un cuerpo psicológico.
¿Por qué?
Porque carecerá de fortaleza interior y no habrá economía de fuerza por medio de la cual pueda crecer.
Todo lo que sucede en la vida provoca resentimiento y consideración interna y de este modo una pérdida de fuerza.
Una persona se identificara sencillamente con todo en la vida y será incapaz de lograr ese aislamiento interno del que hemos hablado recientemente.
Si una persona siempre cree que la ignoran o la tratan mal estará en un estado continuo de consideración interna.
Desde luego, a nadie le cuesta fingir que es duro y que todo carece de importancia, pero esta es una mera imagen que se forja de sí mismo y tras esa consideración interna las cosas siguen igual.
Se forma una especie de costra dura que lo aísla de las otras personas.
Pero es precisamente esa imagen, esa dura costra, las que deben desaparecer y ser reemplazadas por la comprensión.
A veces pienso que una de las cosas que más nos ayudan respecto de la consideración interna es el pensamiento constante y la constante rememoración de que nosotros y los otros son mecánicos.
Somos maquinas, cada cual cierta clase de máquina, que se comportan en una determinada forma mecánica.
Entonces cabe decirse a sí mismo: "Bien, el (o ella) es así".
Pero este es nuevamente un pensamiento muy peligroso, en especial si se lo dice desdeñosamente, porque es preciso verse a sí mismo.
También usted es así.
Es una máquina y siempre actúa mecánicamente.
Es usted tan difícil para las otras gentes como cree que las otras gentes son difíciles para usted.
Cada cual tiene una diferente clase de rudeza, pero es preciso recordar que usted tiene también su propia forma de rudeza, franca u oculta.
Además, hay otro pensamiento que está estrechamente relacionado con esta conducta y que suele ayudarnos cuando observamos que estamos considerando internamente.
Es esto lo que nos hace imaginar que la gente hace las cosas intencionalmente para dañarnos cuando no las hace en absoluto, y suscita a su vez en ellas el pensamiento que hacemos las cosas intencionalmente para dañarlas.
Por lo tanto tenemos que soportar mutuamente nuestras desagradables manifestaciones y darnos cuenta que al presente somos maquinas.
La única cosa contra la cual debemos luchar es la formación de series no comprobadas de consideración interna, serie de pensamientos desdichados, porque nos arrastraran y terminaran por enfermamos.
Una agradable independencia es muy diferente de la rudeza o de la autocompasión.
Si las discusiones nos desagradan es también una buena señal.
Si se quiere decir a una persona algo de difícil índole en lugar de decírselo rudamente o con ganas de discutir, se le puede decir de una manera indirecta y agradable y se le hace comprender que también tiene el mismo defecto.
Es preciso aprender a reírse de uno mismo mucho más que de los otros así como hay que aprender a despreciar ciertos lados de uno mismo en vez de hacerlo con el de las otras personas.
Un hombre muy engreído esperara mucho de los otros y será muy exigente, y lo será a tal punto que se tomara incapaz de gozar de la vida y solo gozara de su engreimiento.
Tal persona tiene la mente enferma.
Cuando se observa en uno mismo una serie de consideraciones internas es preciso prestar atención a lo que dichas consideraciones internas nos están diciendo y, si es posible, recordar que se tuvo la misma sucesión de pensamientos antes y, probablemente, como no se tardara en verlo, se lo tendrá a todo lo largo de la propia vida.
Es preciso también desafiar esta sucesión de pensamientos, hacerle frente con resolución dentro de sí y entablar con los "Yoes" responsables de ellos un dialogo de este tenor:
"Ahora bien, ¿que se proponen hacer? ¿Qué están diciendo?" Y entonces, se los hace hablar.
Tales diálogos son muy útiles porque hacen ver en la práctica la absurdidad de esas corrientes mecánicas de consideración interna que se les permite formar dentro de uno sin molestia alguna.
Conviene mucho tener de vez en cuando una buena pelea consigo mismo.
Pero lo que primero se requiere es la capacidad de observarse a sí mismo.
Si un hombre no puede observarse a sí mismo y se identifica simplemente con todo lo que ocurre dentro de sí, no le será posible pelearse consigo mismo.
No será capaz de separarse ni siquiera de una sola cosa en sí mismo.
Todo será demasiado sagrado.
Sera simplemente el mismo sagrada y solemnemente y se adorara a sí mismo.
Quedara fijo y sin cambio alguno a lo largo de los días.
Carecerá del poder de ver a que se asemeja impersonalmente, estará identificado consigo mismo tal como es, con cada sentimiento, con cada pensamiento, con cuanto ocurre en él, y con todas sus frases y hábitos.
Otorgara su pleno reconocimiento a todas esas cosas mecánicas y ni siquiera columbrara por un instante que esas cosas son exactamente las que debe observar para intentar separarse de ellas sin seguirlas, sin ceder a ellas y, como dije anteriormente, desafiándolas, esto es, preguntándoles que están haciendo, que verdad las respalda y que significa su vida interior, si en verdad tiene algún sentido.
Todos ustedes saben con cuanta facilidad se interpreta mal una cosa, en especial cuando una persona tiene inclinación a ser negativa.
Entonces surge la consideración interna y esa persona la sigue en lugar de darse un choque consciente y decirse:
"¿Que es lo que está ocurriendo en realidad?
¿Suelen las cosas suceder así?
¿Lo que sucedió fue hecho intencionalmente?
¿Deberse simplemente a la acción de la sospecha?
Lo que nos causa tantas molestias en la vida se debe a la confusión psicológica en la que todos estamos sumergidos, debido a la falta de un cuerpo psicológico organizado.
Segun el parecer de Gurdjeff, es la causa del 80 % de nuestras enfermedades físicas.
¿No comprenden ustedes que con este pensar equivocado, con este diluvio de emociones negativas, con este continuo mentir, con esas constantes formas interiores de auto justificación, con ese terrible engreimiento, con ese estado de sueño en lo tocante a la clase de personas que somos, es extraño que no estemos todos dementes?
Nos fue dado un cuerpo físico con una maravillosa, delicada organización.
El Trabajo nos ensena que debemos construir un cuerpo psicológico y que este es nuestro verdadero destino en este planeta y el significado de nuestra creación aquí.
Basta imaginarse la delicada organización del cuerpo físico gobernada por una confusión psicológica.
Es increíble, por lo tanto, que en esta condición se pueda gozar de buena salud.
Para que un hombre construya un cuerpo psicológico bien conectado es necesario que viva el Trabajo en sí mismo y aprenda a conocer las cosas de las cuales debe separarse, con las cuales debe luchar, con las cuales no debe identificarse.
Lo importante no es tanto lo que hacemos sino la situación de nuestro estado interior.
Por eso el Trabajo hace tanto hincapié en las emociones negativas, por ejemplo, porque cuando la gente se abandona habitualmente a los estados negativos sin darse cuenta del enorme daño que se hace, no tiene ninguna idea sobre la propia responsabilidad hacia sí misma.
Al cabo de un tiempo en el Trabajo no se pueden prolongar los estados negativos sin comprobarlos.
La Conciencia Real ya nos toca.
Ahora bien, aunque nuestro cuerpo sea excelente si permitimos que nuestro estado interior se exprese sin impedimento ninguno y sin observación somos en verdad comparables a leprosos.
Es esto lo que en los Evangelios significa la palabra "leproso".
Esto es, padecemos de una terrible enfermedad interna.
A veces esas enfermedades psicológicas obran sobre el cuerpo y se expresan a través de diversos trastornos físicos.
Tal vez no ocurra esto con un hombre puramente animal, pero ocurre ciertamente en el caso de un hombre emocional o intelectual, segun mi experiencia.
Ahora bien, todos los estados negativos, en los cuales incluiremos la consideración interna, porque la consideración interna nos hace negativos, nos dañan.
El mayor daño que nos causan es el de apartarnos de toda ayuda, es decir, de los Centros Superiores.
Recordaran que esos centros están plenamente desarrollados en nosotros y obran constantemente, pero no podemos oírlos debido al mal estado de nuestra recepción.
Las tormentas de trueno de nuestras emociones negativas hacen que la recepción sea imposible.
Si, ¿pero han visto alguna vez un estado negativo?
¿Tienen conciencia de ellos?
Es una extraordinaria experiencia examinar una persona que es habitualmente negativa y advertir como no se observa a sí misma, no tiene conciencia de sí.
Como habrán oído decir a menudo, no se puede trabajar sobre cosa alguna en sí mismo si no se lo ha observado antes, y todos los estados negativos carcomen y absorben la fuerza de un hombre.
Pero ya que en nosotros hay algo que desea ayudarnos, convendría estudiar la forma de ponerse en contacto con ello.
Ahora bien, las emociones negativas siempre lo impiden, siempre forman una oscura envoltura que nos recubre.
Los estados negativos nos vacían simplemente de todo significado excepto de los desagradables significados con los cuales la parte negativa del Centro Emocional nos alimenta continuamente y que a veces conducen a esas inextinguibles y horribles formas de significado que derivan de la sospecha, tan próxima a la demencia.
Pero tratamos de lograr significados más difíciles.
Al cabo de un tiempo, cuando una persona llega a estar a solas consigo misma y al mismo tiempo a solas con el Trabajo y sus significados, empieza a darse cuenta de que tiene derecho a no ser negativa y que no tiene pretexto alguno para serio.
Advierte entonces que tiene que encontrar la manera de salir de ello.
Tal vez no sea capaz de impedir que se inicien los estados negativos, pero debe ser capaz de detenerlos.
Este es uno de los significados de lo que es llamado el trabajo sobre si.
Se es responsable.
Conviene mucho tener una idea íntima y responsable de lo que trata el Trabajo y esto comienza cuando se empieza a aplicarlo a uno mismo y al estado en que se está en ese momento.
Puede ser llamado vivir más conscientemente.
También se lo puede denominar andar en lugar de permanecer acostado. Gurdjeff dijo una vez:
"En este Trabajo disponemos de buen cuero para vender a aquellas personas que desean caminar, pero las personas mismas deben hacer sus zapatos con ese cuero".
Ahora bien, se puede hacer algo desde un "Yo" equivocado y hacer la misma cosa desde un "Yo" correcto.
Andar, vivir más conscientemente, es necesario comprender esto.
Todo lo que se hace desde la consideración interna o un estado negativo es inútil.
No pertenece a lo que buscamos formar en nosotros mismos al establecer el Segundo Cuerpo.
Dr. Maurice Nicoll
Enseñanzas del Cuarto Camino
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