JESUS EL CRISTO

JESUS EL CRISTO
Gnosis por Samael Aun Weor

viernes, 11 de febrero de 2011

EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHAS MORADAS.


DR, MAURICE NICOLL
ENSEÑANZAS DEL CUARTO CAMINO



La Biblia

“EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHAS MORADAS” 

"EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHAS MORADAS" 

En las antiguas parábolas se compara a menudo al Hombre con una casa.

Vive en la casa de su Ser.

En esa casa hay muchos cuartos en diferentes pisos.

Cada hombre tiene una casa donde vive con ciertas actitudes típicas, prejuicios y hábitos, que corresponden por lo general a las habitaciones más bajas de sí mismo.

Puede vivir en los mejores cuartos, sin embargo cuando escuche algo nuevo, algo extraño, regresa a su propia casa, a no ser que haya recibido una impresión muy profunda, la cual lo elevara a nuevas habitaciones en la casa de su Ser, momentáneamente, solo para volver a los viejos cuartos —esto es, es unos pocos cuartos situados probablemente en la planta baja, los cuales por lo general ocupa mental y emocionalmente—.

Así, se dice que en el último día de la Fiesta de los Tabernáculos, después que la multitud oyó las palabras de Cristo:

"Cada uno se fue a su casa." (Juan VII, 53).

No habían comprendido nada de nuevo.

Nuevamente, en una antigua alegoría oriental, el Hombre es comparado a una casa que contiene muchos sirvientes.

Este es una pintura del Hombre vista desde otro angulo.

El Hombre no es uno sino muchos.

En esa casa hay muchos "Yo" diferentes y carece de dueño.

Sin embargo, el hombre piensa que es uno y la misma persona en todo momento, y no se da cuenta que en distintos momentos es una persona muy diferente.

En otra alegoría oriental, el Hombre es comparado a una asamblea.

En esa asamblea se levanta primero un "Yo" y dice algo y se vuelve a sentar.

Luego otro "Yo" se levanta y dice todo lo contrario.

Por ejemplo, un hombre dice: "Hoy voy a salir", y luego añade: "No, no creo que lo hare porque hace demasiado frio".

No discierne que dos "Yo" diferentes están hablando.

Luego otro "Yo" se  levanta y dice:

"Debemos salir o podríamos perder nuestro trabajo porque siempre hay la posibilidad de encontrarse con alguien importante."

Así ahora tres "Yo" se han levantado en la asamblea.

Otros "Yo" pueden levantarse y decir diferentes cosas.

Esta es una pintura del Hombre considerado como una casa que contiene diferentes "Yo".

Como consecuencia de ello el Hombre es la resultante de todos esos diferentes "Yo" que forman la asamblea de si mismo.

Desde otro ángulo el Hombre es un país psicológico.

Así como en una comarca visible hay muchos lugares, muchas ciudades y villas, muchos lugares deseables y otros indeseables, como esteros, pantanos, barrios bajos, calles peligrosas, así es internamente el Hombre.

El Salmista dice: "Hazme saber el camino por donde ande" (Salmos, CXLIII, 8).

Esto es, en sí mismo.

Es extraordinario como tendemos a andar por los lugares desagradables en nosotros mismos.

Del mismo modo que, en la vida externa real, evitamos andar por lugares peligrosos, en barrios de mala fama, en traicioneros pantanos, así nos será posible evitar andar por los lugares peligrosos en nuestro si interno.

Con todo, debido a que el Hombre tiene la alusión de ser una y la misma persona en todo momento no podemos discernir el significado de enseñanzas que se visten con lenguajes e imágenes y alegorías tales como las que hemos mencionado más arriba.

El Hombre piensa que es el mismo cuando está dominado por su mal carácter o tiene un estado de ánimo amable.

No ve que es al mismo tiempo dos personas diferentes.

Ni tampoco se da cuenta que anda por dos lugares diferentes en su propio país psicológico.

Sin embargo, es muy difícil romper esa ilusión de que el Hombre es uno y el mismo, lo cual es el punto de partida de todo nuevo auto-desarrollo.

Todos esos lugares diferentes en nuestro país psicológico están representados por diferentes lugares en el mundo espiritual.

Es el país psicológico de uno mismo el lugar en donde realmente vivimos.

.¿Que es el mundo espiritual?

Primero, es el mundo invisible de nuestros pensamientos y sentimientos.

Si dicen que no hay un mundo invisible, luego no estare de acuerdo con ustedes.

Sus pensamientos son invisibles, sus sentimientos son invisibles. .

¿Creen realmente que son visibles?

Este es el primer aspecto del mundo invisible o espiritual.

Nadie puede "ver" sus pensamientos o sus sentimientos con sus cinco sentidos externos.

Pero .¿acaso no son la cosa más real en usted?

Puede tener un buen dominio de sí y no mostrar externamente sus verdaderos pensamientos o sentimientos, ni en el rostro no en los gestos, pero con todo para usted son más reales que el mundo visible, externo.

Si usted dice que el invisible mundo espiritual es irreal, comete un error muy profundo.

Piensa que es meramente su cuerpo, visible para todos.

Usted está, de hecho, invertido.

Si usted está en un mal lugar en su país psicológico, sufrirá aun cuando este rodeado de las mayores comodidades físicas.

Digamos que usted odia. .

¿Acaso las invitaciones a cenar pueden curar ese estado?

Por lo tanto un hombre tiene muchos lugares en sí mismo, muchas moradas en la casa de su ser. ¿Por dónde anda usted en sí mismo? ¿Cuál es el lugar en su país psicológico que visita continuamente? (Diremos: sus agravios.)

Se queja de ser desdichado y siente que si solo pudiera tener más comodidad material seria más feliz..

Hasta cierto punto tal vez sea cierto, porque la pobreza es difícil de soportar.

Pero si siempre acostumbra andar por lugares desagradables en usted mismo, odiando y envidiando a los otros, las riquezas materiales no curaran su infelicidad.

No se trata de una cuestión exterior.

Así, después de haber aprendido a andar por la vida externa con cierta astucia, necesitamos otra educación en la cual es necesario aprender a andar por dentro de nosotros mismos, y en que cuartos, en que pisos vivimos en la casa de nosotros mismos, y con que "Yo" vamos del brazo.

Porque en cada piso, en cada nivel, hay un diferente pensar y sentir, y hemos de aprender cuál de ellos es el mejor.

Si fuéramos a decir de qué modo un hombre puede llegar a ser dueño de su propia casa, tendríamos que extendernos mucho, empero al mismo tiempo un hombre puede empezar a observarse a sí mismo, y si descubre lo que ha de observar en si mismo podrá seguir la dirección que lo lleve a encontrarse con el dueño verdadero pero ausente de su propia casa — esto es, podrá atraerlo—.

Las gentes piensan que escuchar una conferencia o leer un libro podrá cambiarlas, pero luego de haber escuchado una conferencia o leído un libro, "cada hombre regresara a su propia casa" y seguirá siendo exactamente lo que era antes —de lo contrario—, con todos los medios modernos de transmisión del conocimiento, el mundo habría cambiado hace mucho tiempo.

No, un cambio de ser es un problema más profundo.

Solo usted puede hacerlo.

Si, el problema es más profundo.

Un hombre debe conocerse a si mismo antes de poder cambiar. Y aquí entra otra ilusión.

Cada cual cree conocerse a sí mismo.

Se ofende si se le dice que no se conoce.

Cada cual que se comporta con completo conocimiento de su manera de comportarse y de lo que dice y porque lo dice.

Así permanece en el mismo lugar, en la misma casa, y en el mismo sitio en su casa, en los mismos "Yo" que toma por sí mismo.

Al Hombre le fue dado más de lo que necesita, y este es uno de los misterios de la vida.

Solo una parte de su cerebro.

Le fue dado más de lo que necesita para vivir su vida natural.

Le fue dada una casa mucho más amplia de la que usa, o necesita usar para los propósitos de la vida ordinaria.

Como dije, tiene un cerebro que es mucho más amplio de lo que necesita.

Y por eso las teorías mecanicistas no vienen al caso.

Tiene, en la totalidad de la casa que recibió, funciones no empleadas que, a veces, digamos, en momentos de mucho cansancio, tensión y enfermedad —se le revelan momentáneamente.

Pasa entonces a otra 'parte de su país psicológico, o a otro cuarto de la casa de su ser.

Prestan atención —ya esta allí—.

Luego vuelve a caer en su estado ordinario y le parece que ha experimentado algo que pertenece a otro orden y carece de importancia para la vida ordinaria.

Lo que le ha sucedido es que ha experimentado cosas de otro nivel, que están en otro cuarto.

Estuvo un instante o dos en un cuarto en el piso más alto de su casa y vio todas las cosas de una manera muy diferente, tal como sucede cuando se está en una altura elevada.

Tal vez piense que todo carece de sentido.

Pero dejando a un lado esas extrañas experiencias, un hombre puede aprender que hasta en la vida ordinaria le es posible cambiar entrenándose para andar por los lugares desagradables que frecuenta habitualmente en su país psicológico, aceptados por la vida como normal.

De hecho, aprende a llevar otra vida y deja de culpar a los otros en todo momento.

Empieza a girar en redondo dentro de sí y se acusa de haberse permitido andar por lugares peligrosos.


Experimentar esta inversión es muy posible En los Evangelios se dice que el Cielo tiene muchos lugares.

Entendido con otro dicho esencial.

"El Reino de los Cielos esta centro de vosotros", nos ayuda a comprender la importancia de conocer en qué lugar estamos en nuestro país psicológico.

Estas dos ideas nos advierten que nuestro estado de ser será nuestro propio juez en decidir a qué morada en la casa de nuestro Padre iremos después de la muerte.

No se dice que los discípulos iban al "Cielo", sino a un lugar especial allí existente.

Cristo dijo:

"Voy, pues, a preparar lugar para vosotros." (Juan XIV 2).

Asimismo dijo:

"En la casa de mi Padre muchas moradas hay".

Así hay muchos otros lugares y moradas prescindiendo de las preparadas para los discípulos.

Cuando por primera vez concebí el mas allá en esos términos sentí mucho alivio.

Cielos hay muchos, no uno solo.

Hay tantos lugares diferentes en el próximo mundo como en este.

De niño, cuando estaba en la iglesia y miraba los feligreses, solía pensar que no quería verdaderamente ir al Cielo con toda la gente meritoria y si seguía siendo cristiano tendría que ir.

Esto creaba una dificultad en mi mente, una de esas primeras y extrañas dificultades de las cuales se tiene conciencia durante toda la vida pero que no se mencionan.

Cuando comprendí por mis propias lecturas que el Cielo no era un lugar sino muchas moradas y lugares, esta dificultad particular desapareció.

Nadie me había ayudado a vencer esa dificultad.

Al fin y al cabo costaba establecerla.

Tan lejos como pueda recordar, nunca pensé, en mi pensar interior, que no había vida después de la muerte, ni tampoco tuve con Cristo problemas interiores.

Lo que Cristo dijo me parecía estar en un nivel mas alla de toda discusión, por mas difícil que fuera.

Mantener el punto de vista que este mundo y todo cuanto sucede en el es todo y es explicable en función de sí mismo, en verdad parece un cuento inventado por un idiota, lleno de bulla y furia.

Más tarde, comprendí que el intento de explicar el mundo en función de si mismo era imposible.

Algo tenía que ser ajustado por encima del mundo, alguna otra explicación.

Así diría que la idea de otro mundo es una verdad psicológica. .

¿Por qué?

Porque da más sentido a la desnuda verdad de los sentidos físicos.

Llamemos a este mundo y su vida un campo de prueba o lo que se prefiera, pero a menos que se le de otra clase de significado, llega a carecer de sentido.

Tengo la certeza que los jóvenes valientes e inteligentes que perecen no por ello terminan.

Creo que hay un lugar preparado para ellos —hasta para los valientes violentos.

No cabe duda que, físicamente, no tenemos prueba alguna de ello.

Pero la verdad psicológica es más elevada que la verdad física, y el próximo mundo es invisible a los sentidos como lo es la comprensión psicológica. .

¿Acaso en nuestra radio visible lo principal no es lo invisible?

La idea de que después de la muerte se va a algún lugar de acuerdo con la calidad de nuestra vida interior nos da fuerza y nos otorga iniciativa.

Da un nuevo significado y así una nueva fuerza.

El comportamiento de nuestra vida no es inútil.

Así diría que hay otro orden de verdad —y que la prueba de ello está en el poder y significado que nos da.

A los santos y los mártires se les dio, mediante la verdad psicológica, la fuerza para soportar lo que soportaron.

Pero que hablemos de santos y mártires o de los jóvenes y valientes, que también soportaron lo indecible, atisbar la naturaleza del otro mundo ensenada por Cristo, nos tranquiliza porque nos hace ver que algunos irán a una morada y otros a otra.

Vistos bajo esa luz, de todos los dichos misericordiosos de Cristo, no es acaso "En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros", uno de los mas misericordiosos para nuestra comprensión humana de la otra vida?

Algunos creen que en el Cielo nos encontraremos con nuestros parientes.

Se celebraran reuniones con los familiares.

Piensan que nuestro prójimo es el vecino de la casa de al lado.

El pensar físico de esta índole convierte a los Evangelios en una confusión; los Evangelios son psicológicos.

Pero la crucifixión de Cristo simboliza que el pensar psicológico siempre está a tiempo para vencer al pensar físico y literal.

Ahora bien, psicológicamente nuestro prójimo es el más cercano en comprensión.

Estar en el Cielo entre gente de comprensión por completo diferente seria un tormento —en suma, el Infierno.

Cristo representa el significado psicológico, por ejemplo, de un mandamiento —esto es, darse cuenta que, para dar un ejemplo, el matar empieza con el odiar psicológico, y que si los hombres se envidian y se odian unos a otros, pueden matar o no físicamente, pero están matando en todo momento.

La purificación de las emociones —pensemos en la auto-conmiseración, la envidia, el odio, la malicia, los celos, y no solo el sexo— depende de nuestra comprensión psicológica.

"No mataras" es un mandamiento literal y físico; psicológicamente significa: "No odiaras ni mataras internamente", porque el odio, que es psicológico, conduce al matar físico.

Basta reparar en algunas de nuestras fantasías. .

¿Acaso no matamos en ellas?

Me imagino que muchas personas han asesinado a algunos de sus vecinos físicos y parientes en distintos momentos.

Pero dan gracias a Dios de no haberlo hecho físicamente. .

¿Por qué no?

Porque tienen restricciones exteriores. Temieron la ley, la policía, la perdida de reputación —todas las consecuencias.

Aunque maten en su corazón, parecen virtuosos, llenos de merito.

Pero en el próximo mundo, como lo han dicho muchos místicos y filósofos, se es juzgado por lo que es nuestro corazón, fuera de las restricciones que la ley, la sociedad, el temor a perder la reputación, nos hacen aparecer externamente.

Somos juzgados por nuestro estado interno y enviados al lugar al cual pertenecemos.

MAURICE NICOLL


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