JESUS EL CRISTO

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Gnosis por Samael Aun Weor

miércoles, 9 de febrero de 2011

EL PENTATEUCO. (MOISES)


DR. MAURICE NICOLL
ENSEÑANZAS DEL CUARTO CAMINO

LA VIRGEN MARIA


EL PENTATEUCO. (MOISES)…

INTERPRETACION PSICOLOGICA…
DR. MAURICE NICOLL


El Pentateuco, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento que se atribuyen a Moisés, contiene una serie de relatos muy interesantes.

 Por lo general, se les considera hechos históricos.

En Génesis, XL, se da, por ejemplo, la leyenda de Faraón, el mayordomo y el panadero.

En apariencia y tal como está escrito, no tiene ningún significado especial.

Antes, parece asunto muy insignificante.

Pero es algo que puede entenderse, algo que tiene un significado interior.

También tenemos aquel largo relato acerca de Moisés y cómo condujo a los hijos de Israel y los libró del poder del Faraón. (Éxodo).

No cabe duda de que también esto puede tomarse en un sentido histórico, como que Egipto significa Egipto, Faraón significa Faraón, de la misma manera que en el relato anterior un mayordomo puede tomarse como un mayordomo y un panadero como un panadero.

Examinemos el movimiento de los hijos de Israel al abandonar Egipto y su viaje hacia la tierra de promisión.

Pero no lo hagamos literalmente, sino como una parábola que contiene un significado psicológico bien distinto a cualquier significado histórico.

Veámoslo en otros términos, como si fuesen palabras que tratan de un hombre que se aleja de algún poder que -simbolizan Faraón y Egipto, y que se mueve o que viaja a una nueva condición en sí mismo.

Toda enseñanza esotérica trata acerca de un nivel superior y de uno inferior, y la esencia de lo esotérico es que el hombre puede pasar por una transformación y alcanzar un nuevo nivel de sí mismo.

El hombre ha de huir del poder de Faraón y Egipto y moverse en un sentido diferente que se le representa, primero, como un desierto; más adelante como la tierra de promisión.

Por la alegoría puede uno darse cuenta de cuán difícil cosa es.

Se indica como Faraón; no quiere de ningún modo que los hijos de Israel abandonen Egipto, aun cuando le sobreviene una plaga tras otra.

El hombre apegado a los sentidos, a la realidad visible, a la vida externa, se mueve sólo con gran dificultad hacia un grado de comprensión que yace más allá de los hechos sensuales y del poder que sobre él ejercen.

Este es el primero de todos los problemas que encara el esoterismo, y en esta parábola se acentúa el poder de Faraón y que Moisés procura vencer.

Faraón representa el poder que tiene el nivel inferior, y Moisés, el que tiene el nivel superior.

Dios pidió a Moisés que sacase a los hijos de Israel de Egipto, y Egipto representa una condición psicológica de la humanidad.

Faraón sujeta en Egipto los muchos y diferentes aspectos del hombre que pueden crecer en un nuevo desarrollo interior.

Faraón es el poder del nivel inferior de comprensión, y que el hombre obtiene sólo de la forma en que el mundo le parece a los sentidos, es el entendimiento que obtenemos de esta primera fuente de significados.

Este bajo nivel de interpretación es Egipto.

Faraón es el poder concentrado que tiene este nivel.

Se le puede comparar al maestresala de las bodas de Cana.

Indaguemos en el Antiguo Testamento algunas definiciones del significado de Egipto.

En aquel libro tan extraordinario de Isaías, libro lleno de interpretaciones psicológicas y que contiene una clave para casi todos los primeros libros del Antiguo Testamento, podemos leer:

'Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos, carne y no espíritu.' (Isaías, XXXI, 3)

De esto podemos colegir que si se toma la narración de la huida del pueblo de Israel como un hecho psicológico y como que representa el tránsito de un estado carnal a uno espiritual, se ha de entender también que se indica una transformación mental.

En una de sus epístolas en el Nuevo Testamento, Pablo habla de la 'mente carnal' (Colosenses, II, 18):

¿Nadie os prive de vuestro premio afectando humildad y culto a los ángeles, metiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado en el sentido de su propia carne?


En consecuencia, si aplicamos la historia de los hijos de Israel y su salida de Egipto a una interpretación por encima de cualquier significado histórico, podemos comenzar a entender que se trata de la emancipación de un hombre apegado a las pruebas de los sentidos, el hombre de los hechos sensuales, y que trata también de su desarrollo hacia un nuevo grado de comprensión.

Y este grado se apoya en principios y significados cuyo origen es otro nivel de percepción; o sea, trata de un tránsito de un estado que es de la 'carne' a uno que es del 'espíritu'.

En el antiguo lenguaje de las parábolas, del que todavía quedan algunas huellas en la mitología griega, el caballo, o lo que el hombre monte, representa el intelecto o la mente.

Cuando Isaías dice que los caballos de Egipto son carne y no espíritu, nos ofrece una clave para descifrar todo el sentido o significado de la huida de Egipto.

Nos permite entender todo el asunto en términos psicológicos.

Faraón es también 'carne', Moisés es 'espíritu'.

Y somos nosotros mismos quienes hemos de sacar de Egipto a nuestros propios hijos de Israel.

Puesto que todo en la psicología esotérica trata acerca del hombre en sí, de sus posibilidades, de lo que ha de hacer en sí mismo, las cosas a que ha de renunciar y aquellas de las que se ha de separar, podemos darnos cuenta de que las principales parábolas no son asunto a tratarse con una mera explicación.


Tampoco podremos entenderlas, salvo en cierto grado; y el grado de este entendimiento depende de la forma en que captemos significados internos, aparte de cualquier significado literal.

Tras las palabras yace un sentido interno.

Pero no calza fácilmente a nuestra mente ordinaria.

Tenemos que pensar de una manera nueva y advertir conexiones que no son lógicas en su sentido literal, aun cuando sí lo sean psicológicas.

Al procurar asir algo del significado interno de Faraón, su mayordomo y su panadero, hemos de tomar a Faraón, en este caso, como la representación de un hombre que habiéndose apoyado en los sentidos, empieza a transformarse en su comprensión.

Es vuestro Faraón, por así decirlo, quien con tal firmeza se apoya en los sentidos y en las pruebas que éstos le proporcionan.

El mayordomo y el panadero representan dos aspectos de uno mismo; al uno ha de ahorcársele y al otro redimírsele.

En este relato vemos cómo se redime a Egipto por medio de José, quien llega a ser el gobernador de Egipto.

La idea es la misma que la que trata del éxodo de los hijos de Israel, sólo que se la relata de una manera distinta.

La idea psicológica es exactamente igual, pero en este caso Egipto queda bajo un nuevo gobierno, o un nuevo 'amo'.

Cuando entendemos que todas estas parábolas se refieren al hombre en sí, y que en realidad no tienen ni la menor significación histórica, mas han de tomarse separadas de su sentido literal, entonces no resulta tan difícil advertir que tratan verdaderamente acerca de un único asunto: la emancipación del hombre sometido a un nivel inferior, y su transformación a un nivel superior de ser, pese a que el fondo escénico de toda esta imaginería sea muy variado en cada caso.


LA LUCHA ENTRE LA SERPIENTE Y EL CABALLO

Hemos de asir en el entendimiento que, con su manera de pensar sensoria, el hombre 'natural' no puede llevar a cabo aquel posible desarrollo que le es inherente.

Se lo impedirá su manera de pensar sensual, porque es un modo antagónico al pensamiento psicológico.

Si permanece apegado a los sentidos, será incapaz de pensar psicológicamente y estará condenado a no desarrollarse.

¿Dónde podremos hallar algo que trate acerca del antagonismo entre una manera de pensar sensual y una psicológica? Hay una referencia a esto en el Génesis, XLIX,17:

'Será Dan serpiente junto al camino, cerasta junto a la senda, que muerde los talones de los caballos, y hace por detrás al cabalgador de ellos.'

Se utiliza la serpiente como símbolo de una manera sensual de pensar.

El talón es "lo más bajo que hay en lo natural, las cosas más bajas del razonamiento sensual.

'... cuando la iniquidad de mis insidiadores me cercare.' (Salmo, XLIX, 5) Y en el Génesis, III, 15:

'Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.'
La serpiente es la comprensión sensual, y en este caso la mujer es la comprensión espiritual.

Aquí difieren los sentidos y el espíritu.

Cristo unificó lo Humano y lo Divino, el sentido y el espíritu.

'He aquí os doy potestad de hollar sobre las serpientes y los escorpiones.' (Luc., X, 19).

Las serpientes y los escorpiones son aquellos que hacen alarde de buenos modales y llevan el corazón lleno de odio.

O los que aparentan virtud y piedad, y llevan sus abominaciones en secreto; son los que abogan por las reformas para hacerse poderosos.

Lo que la persona es y lo que aparenta se contradicen, y así la mente la llevan dividida.

El engaño es la división de la mente.

Puede darse que un hombre hable bien y piense mal, o haga bien y quiera mal.

De este modo, está lleno de veneno escondido.

El engaño es la malicia de la voluntad revestida de una amigabilidad exterior.

Cristo calificó a los fariseos llamándoles '¡serpientes, generación de víboras!' (Mat, XXIII, 33), porque aparentaban un exterior bondadoso, pero interiormente eran malos. Este engaño impregna todo el ser de la persona y lo hace incapaz de adelantar. Está muerto, ha terminado.

Como un ejemplo de este modo de engaño, Cristo dice a los fariseos: 'porque limpiáis lo que está fuera del vaso y del plato; mas de dentro están llenos de robo y de injusticia.' (Mat., XXIII, 25)

ENSEÑANZAS DEL CUARTO CAMINO.


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