DIOSES MAYAS
Hunab Ku, El Incognoscible.
En todas las teogonías, siempre hay un principio y un fin, Alfa y Omega de todo cuanto existe, pero que es inconmensurable, ese es el Dios inmanifestado, el Absoluto.
Por sobre todo, en todos los mundos y en todos los tiempos existe el Absoluto, espíritu universal inimaginable, sin forma, Hunab Ku, en la mitología maya, la deidad única, existente en sí misma, al margen del tiempo y del espacio que afirma su divinidad descendiendo al “segundo nivel”, es decir, de él emana El Dios Trece o ITZAM NÁ, el Dios dual, el uno que es dos, al desdoblarse para crear, se manifiesta como IXPIYACOC, Aspecto Masculino e IS BU CAME, Aspecto Femenino. Así tenemos, EL VIEJO y LA VIEJA, EL DIOS VIEJO, que se desdobla según los libros sagrados mayas, para crear el universo.
El Gran Padre y La Gran Madre, así los llaman los mayas.
De esta manera tenemos un principio uterino, el espacio abstracto absoluto: IS BU CAME, LA GRAN MADRE, El Gran Vientre, donde Tiene lugar la manifestación e IXPIYACOC, EL GRAN PADRE CÓSMICO, Que emana directamente de HUN AB KU, de las voces mayas, Hun = Uno, Ab = existir y Ku = Dios; el único Dios, invisible, incomprensible.
Dentro del recinto donde se levantaba el Templo Mayor de Tenochtitlán existió un templo circular dedicado al Sol; orientado hacia el este, su techo permitía que el Sol penetrara hasta su altar. En el muro interior del fondo de ese templo se hallaba un gigantesco Sol de oro puro, representación visible de la gran deidad invisible, Ipalnemohuani como le llaman los aztecas. Su puerta de entrada era la boca de una serpiente con fauces abiertas; de sus comisuras, curvos y amenazadores salían los colmillos y, en relieve, sobre el piso, grande y bífida lengua salía de la puerta del templo. En el frontispicio del templo, en relieve, abiertas fauces de otra enorme serpiente de afilados colmillos simbolizando al monstruo contra el cual tenían que luchar los adeptos de la augusta Orden de los Comendadores del Sol, que al vencerlo, allanaban el camino hacia Ipalnemohuani, “dueño del cerca y del junto”, “aquel por quien vivimos”.
Hunab Ku (padre y señor de todos los dioses), es considerado el ser absoluto, que jamás fue representado bajo ningún aspecto o concepto, y que sin embargo, estaba presente en todo como dador de la medida y el movimiento.
Hunab Ku: Máximo Dios creador maya, el Supremo Parabrahatman, de los hindúes, el Eterno Padre siempre oscuro y del cual emanamos todos.
El ABSOLUTO es la vida libre en su movimiento.
El ABSOLUTO es el Eterno PADRE siempre oscuro. El ABSOLUTO es tinieblas profundas para los ojos humanos y Luz Increada. Todos los planos Cósmicos, por luminosos que sean, no pasan de ser puras masas de sombras ante la Luz Increada del ABSOLUTO. El ABSOLUTO es Espacio abstracto absoluto y Movimiento abstracto absoluto.
El ABSOLUTO contiene en sí mismo al conocedor, al conocimiento y al objeto del conocimiento: Tres en UNO; UNO en Tres.
El Absoluto es el Ser de todos los seres. Él es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será. El se expresa como movimiento y reposo abstractos absolutos. Él es la causa del espíritu y de la materia, pero no es ni uno ni otra. Está más allá del pensamiento y del acto, está más allá del sonido, del silencio y de los sentidos.
El Absoluto está más allá del tiempo, del número, de la medida, del peso, de la cualidad, de la forma, del fuego, de la luz y de las tinieblas; sin embargo, Él es el fuego y la luz increados.
El Absoluto tiene tres aspectos: 1) El Inmanifestado, 2) El Espíritu de Vida que anima a todo ser y 3) la materia caótica, inodora, atómica, seminal, etc.
El universo surgió de las entrañas del Absoluto o Jeú como lo nombraba Jesús.
Hunab Ku, el Absoluto Maya, es el ADHI-BUDDHA hindú, el WU CHI chino, el Incognoscible, que no entra en la creación sino que se vale de sus efluvios, de sus emanaciones para manifestarse. Solo en el Absoluto se experimenta la Paz autentica, la Real Paz. Así es El Absoluto, donde no hay lágrimas ni dolor; donde todos somos "Uno"; donde todos somos "Lo Dios", lo "Innominado", "aquello", "aquello", "aquello".
La PAZ es algo inmenso, extenso, infinito, no es algo formado por la mente no puede ser el resultado de un capricho ni el producto de una idea. La paz es una sustancia atómica que está más allá del bien y el mal, una sustancia que está más allá de toda moral, una sustancia que emana de las entrañas mismas del ABSOLUTO.
Mientras haya una lágrima que enjugar, los adeptos que han alcanzado la maestría renuncian a la dicha inefable del Absoluto que ganaron y retornan a la Tierra a servir, a consolar, a ayudar. Muchos de ellos, como el Divino Jesús, el Cristo, echan sobre sus espaldas el karma de los hombres y voluntariamente aceptan el martirio o aparentemente mueren en las mazmorras de la Inquisición como el Maestro Cagliostro. Ellos, como otros grandes seres, cristalizaron en sí mismos el tercer factor de la Revolución de la Conciencia, EL SACRIFICIO POR LA HUMANIDAD.
La justicia está más allá del bien y del mal. Cuando usted, fino lector, llegue a la luz sabrá lo que es el amor y cuando sepa lo que es el amor, sabrá amar y comprenderá que amor consciente es ley. No vale hacer el bien sino saberlo hacer.
Desde el punto de vista interno, cada uno de nosotros tiene un rayo particular que es nuestro Padre que está en secreto, nuestro sol interior, el cual a su vez emanó del Inmanifestado Absoluto.
Por lo pronto, tal como lo hicieron los “Comendadores del Sol”, trabajemos intensamente, sin descanso, para eliminar nuestra absurda naturaleza interior y así podamos aspirar a conocer algún día la paz suprema que se vive en el seno de Hunab Ku.
Enviado por el Instructor José Mauricio Vargas Rincón de Romos, Ags.
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