MADAME BLAVATSKY
Helena Petrovna Blavatsky, fue una noble rusa nacida en Lekatirinoslav (Rusia Meridional), el 31 de julio de 1831.
Muy joven, se casó con el general Nicéforo Blavatsky (45 años mayor que ella). A los pocos años de matrimonio, movida por su Espíritu esotérico, comienza un largo y duro peregrinar en busca de la Gran Realidad, de la Sabiduría Universal. Realiza un largo viaje por el Asia Menor, Grecia y Egipto, país donde tiene la oportunidad de conocer a un anciano copto, llamado Paulos Metamón, que poseía grandes facultades y poderes. Este anciano le enseña los secretos de las ciencias ocultas, a las que H. P. Blavatsky dedicaría toda su vida. Ella relata que, durante su estancia en el Tíbet, recibió de las enseñanzas iniciáticas budhistas y de los Lamas, tradiciones secretas de la más remota antigüedad.
Blavatsky fue una infatigable viajera, siempre a la búsqueda del Conocimiento. Ella, viajó a Italia donde se relacionó con el célebre Garibaldi, junto al cual luchó disfrazada de soldado. Invadió con los soldados los estados del Papa y combatió en Viterbo a los zuavos pontificios, hasta que finalmente fue herida en la batalla de Mentana, salvando la vida milagrosamente. Con posteridad, viaja a París y allí intenta fundar una sociedad esotérica donde se impartiera el conocimiento oculto. Siendo viuda, marcha a los Estados Unidos, llegando a Nueva York el 7 de julio de 1873, en donde conoce al coronel ingeniero agrónomo Henry S. Olcott, quien posteriormente sería su más estrecho colaborador a todos los niveles.
En l875 funda la Sociedad Teosófica The Theophical Society, actuando como secretaria y como presidente H. S. Olcott, cargo que ocupó hasta su muerte, acaecida en el año 1907. Desde 1887 Blavatsky residió en Londres, siendo este un período muy fecundo de su vida.
Blavatsky, difundió en Occidente las doctrinas ocultas orientales que eran ignoradas casi por completo, dio a conocer la Sabiduría de los Grandes Maestros en las ciencias ocultas, supo revelar la Verdad sobre el Hombre y la Naturaleza y reveló la existencia, de una Jerarquía Oculta, compuesta por Maestros de Sabiduría que protegen y ayudan a los seres humanos de todo el mundo, custodiando el conocimiento y las recónditas leyes que rigen la vida y el universo.
Fueron grandiosos sus esfuerzos para explicar a las mentes científicas, los fenómenos de la naturaleza, del Cosmos y de la Eternidad, también demostró, por medio de sus propios poderes, un sin fin de fenómenos paranormales.
En su libro titulado La Doctrina Secreta H. P. Blavatsky dice:
«La que escribe estas líneas, tiene a la vista un manuscrito arcaico (una colección de hojas de palma), impermeables a la acción del agua, del fuego y del aire. Hay en la primera página, un disco de perfecta blancura, destacándose sobre un fondo de un negro intenso. En la página siguiente aparece el mismo disco, pero con un punto en el centro. El primero, como sabe el que se dedica a estos estudios, represente al Cosmos en la Eternidad, antes devolver a despertar la Energía. El punto en el disco, hasta entonces inmaculado (Espacio y Eternidad en Pralaya), indica la aurora de la diferenciación, es el punto en el Huevo del Mundo, el germen interno de donde se desarrolla el Universo, el Todo, el Cosmos infinito y periódico; germen que es latente o activo, periódicamente y por turnos. El único círculo es la Unidad Divina de donde todo procede y a donde todo vuelve...»
«La Doctrina Secreta enseña el desenvolvimiento progresivo de cada una de las cosas, lo mismo mundos que átomos; y este maravilloso desenvolvimiento no tiene ni principio concebible ni fin imaginable. Nuestro Universo es tan sólo uno de un número infinito de Universos. La aparición y desaparición del Universo, se describe como la expiración e inspiración (del Gran Aliento), que es eterno...»
Blavatsky, poseedora de grandes facultades psíquicas, se dedicó a la difícil tarea de intentar demostrar a la humanidad, los infinitos poderes y facultades del Espíritu, cuando conseguía mostrar la luz a un escéptico, la aparecían diez más, cuando llegaba a convencerlos la aparecían cien más y cuando llegaba a demostrar sus poderes a los cien, le llegaban mil más.
El escepticismo es la expresión máxima de la ignorancia, los «yoes» o «egos» del escepticismo son muy densos, muy materialistas y terriblemente contagiosos. El ego del escepticismo, no se conforma con degenerar la psiquis de la persona que lo posee, alejándole de toda posibilidad del Conocimiento, de la Verdad y del ser, sino que también, intenta contagiar a los demás inyectándole el veneno de la duda.
El V. M. Samael indica, refiriéndose a Helena Petrovna Blavatsky, que ella fue, sin lugar a dudas, la mártir del siglo pasado, pues fue perseguida, insultada y humillada por los ignorantes ilustrados de la época. Blavatsky, refiriéndose a estos, escribe en su obra:
«Los que juzgan superficialmente, o llevados por la impaciencia, quisieran mirar el sol deslumbrador antes de que sus ojos puedan resistir la luz de una lámpara, tildan de ininteligibles las obras de los herméticos antiguos y sus sucesores por el oscuro lenguaje en que están escritas y que ellos no entienden.
Esforzándose al máximo, en su dura misión de enseñar a los «Ilustrados humanos», sufrió mucho para traer la Luz a una humanidad, cada vez más inmersa en el materialismo, con la mente petrificada y el corazón duro hacia lo Divino.
En su obra titulada La Doctrina Secreta, Blavatsky llega a decir:
«Es muy posible que las mentes de las generaciones actuales no estén del todo maduras para la recepción de las Verdades Ocultas. Tal será, la visión retrospectiva, que contemplarán los pensadores avanzados de la Sexta Raza Raíz. Mientras tanto, las generaciones de nuestra Quinta Raza, continuarán extraviadas por sus perjuicios y preocupaciones. Las ciencias ocultas se encontrarán con el dedo del desprecio que las señala, y todos procurarán ridiculizarlas, en nombre y para mayor gloria del materialismo y su llamada ciencia.
Ha sonado ya la hora de ver, si los muros de la Jericó moderna son tan inexpugnables, que ningún son de la trompeta ocultista puede hacerlos derrumbar».
«Pocos años después, una punta del "Velo de lsis" tuvo que levantarse; y ahora se ha hecho en él, otro desgarrón mayor. Los antiguos errores sancionados por el tiempo (esos que se hacen cada día más claros y evidentes), permanecen formados en batalla, dirigidos por un conservadurismo ciego, por la vanidad y por las preocupaciones, dispuestos a estrangular cualquier verdad que, despertando de su largo sueño de siglos, reclame su admisión. Esa ha sido la pauta desde que el hombre se animalizó».
Helena Petrovna Blavatsky, falleció el 8 de mayo de 1891 en Londres, habiendo dejado a la humanidad su gran sabiduría mediante diversos libros, entre los que destacan, por su profundidad, los seis tomos de su Doctrina Secreta. Varios de sus libros fueron publicados en Rusia bajo el seudónimo de Radha Bai.
Annie Besant, sucedió a Blavatsky en el cargo de la Sociedad Teosófica, quien se convirtió en continuadora de la obra dejada por la fundadora. Annie Besant había entrado en contacto con H. P. Blavatsky en 1 890, quien al conocerla la nombró, inmediatamente, su secretaria. El tesón y vocación de Annie Besant por consolidar y ampliar la sociedad, la conduce a ser reconocida, como doctora, por la Universidad de Benarés (India) en 1930, por la labor sobre la enseñanza esotérica que impartió en este país.
Desde el fallecimiento de H. P. Blavatsky, la Sociedad Teosófica ha tenido muchas divisiones por disconformidad entre sus dirigentes, la más conocida e importante fue originada por un vaticinio realizado por parte de ciertos dirigentes de la sociedad, de un nuevo Mesías que se reencarnaría en la persona del discípulo Kríshnamurti.
El Maestro Samael nos dice que:
«La señora Besant levantó el dedo para asegurar a los cuatro vientos que el muchacho indio (Krishnamurti), era la reencarnación viviente de Jesucristo. Leadbeater, el gran clarividente y muchos otros Teósofos eminentes, estaban totalmente de acuerdo con la señora Besant y juraban que el muchacho indostaní era Jesucristo reencarnado nuevamente».
Todavía recordamos la fundación de aquella orden llamada de la Estrella de Oriente, cuyo único propósito era recibir al Mesías. Más tarde el mismo Krishnamurti la disolvió.
Por aquella época hubo una división en el seno de la Sociedad Teosófica. Unos aseguraban que Krishnamurti era el Mesías y otros no aceptaron este concepto y se retiraron de la Sociedad Teosófica.
Entre aquellos que se retiraron figura el doctor Rodolfo Steiner poderoso clarividente, eminente intelectual, fundador de la Sociedad Antroposófica. También se separó de la Sociedad Teosófica el grupo español «Marco Aurelio».
Ultimando este artículo diremos que Helena Petrovna Blavatsky, fue una gran Maestra de Misterios Mayores y que según el V. M. Samael, volverá a nacer en Nueva York, con cuerpo físico masculino y tendrá que cumplir una importante misión.
M. B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario