JESUS EL CRISTO

JESUS EL CRISTO
Gnosis por Samael Aun Weor

miércoles, 9 de marzo de 2011

LA RELIGION


LO UNIVERSAL DE LA RELIGION

La religión representa la relación existente entre tres principios fundamentales: Dios, el mundo y el individuo.

La religión tiende a resolver los múltiples enigmas del universo, y muestra un camino hacia el final del cuerpo y la morada inmortal del alma.

La religión es la filosofía en la práctica; y la filosofía es la religión en teoría.

La filosofía implica una búsqueda, una indagación, una investigación y una pregunta constante. La religión consiste en sentir, realizar y experimentar.

La religión es una sola, aunque son muchas las formas de manifestación. La diversidad es el orden de la creación, y la religión no es una excepción. El lugar, la época, el temperamento, la idiosincrasia y el fondo de cada individuo difieren, de ahí la necesidad de religiones distintas.

Cualquier religión es tan buena como la otra. Cualquier sendero o camino que conduzca hacia lo supremo es tan bueno como otro cualquiera.

Existen distintos tipos de rosas, pero su fragancia es igual en todas. De igual forma sucede con la religión. Todas las religiones son perlas preciosas engarzadas en el hilo de oro de la divinidad

Ese es el “religare” del Alma con Dios. Todas las religiones buscan unir, fusionar el Alma con Dios.

La Divinidad, dá a cada pueblo y a cada raza su religión, de acuerdo con las necesidades de la evolución. Por eso debemos respetar todos los cultos.

Recordemos que detrás de todo culto está el sudor, la sangre y el sacrificio de los grandes Iniciados que fundaron las distintas religiones.

No hay religión más elevada que la verdad. Aquellos que encarnaron la verdad fundaron las grandes religiones y las grandes escuelas de misterios.

Budha, Hermes, Krishna, Quetzalcoatl, etc., encarnaron la verdad, y todo aquel que disuelva sus defectos, el “Yo Psicológico” y levante las columnas del templo sobre la piedra viva, encarna la verdad.

La verdad quiere conocerse a sí misma en cada hombre. Yesua ben Pandirá (Jesús de Nazareth) es un cuerpo viviente de la verdad. Jesús el Cristo, el gran Hierofante Gnóstico, encarnó la verdad. Quien encarna la verdad se hace libre, entonces, su Alma se inmortaliza.

Nosotros creemos, firmemente, que sólo aquel que vivencia la verdad es profundamente religioso. Ciertamente aquel que sea capaz de vivenciar la verdad es profundamente religioso, aunque no pertenezca a ninguna religión.

La íntima relación del Alma con la verdad es religión. Sólo el hombre religioso es verdaderamente revolucionario.

Hay que distinguir entre las formas religiosas y los principios religiosos. Es necesario saber que los principios son fórmulas cósmicas vivientes, y las formas religiosas son los distintos sistemas de enseñar esos principios.

Los principios religiosos nunca mueren. Pueden morir las formas religiosas, pero los principios religiosos, es decir, los valores eternos no mueren jamás. Ellos continúan, ellos se revisten con nuevas formas.

Se dice que existen siete grandes religiones, y aproximadamente cinco mil sectas. La Gnosis afirma que sólo existe una religión, y ésta es la verdad.

La gran religión cósmica universal infinita, asume distintas formas, según las necesidades de cada raza y de cada época, en todos y cada uno de los planetas del cosmos, así las formas religiosas se han sucedido unas tras otras a través de millones de años.

El estudio comparativo de todas las religiones que han existido en el mundo revela siempre los mismos principios inmutables de la verdad.

Algunos filósofos dicen que las religiones han fracasado, pero el gnosticismo asegura que toda religión ha cumplido su misión histórica.

Con un solo Budha viviente nacido entre las filas del budismo, ya el budismo ha cumplido su misión. Con un solo Cristo entre las filas del cristianismo, ya queda justificada la existencia del cristianismo. Con un solo Mahatma que exista entre los hindúes, queda cumplida la religión de los grandes vedas,

Con un solo Imán entre las filas del islamismo, ya queda bien justificada la existencia de la religión mahometana. Con un solo profeta que hubiera salido entre los rabinos judíos, queda justificada la religión de Abraham.

Con un solo maestro que salga desde las filas del gnosticismo, queda cumplida la obra del maestro Samael.

Todas las grandes religiones del mundo han logrado su objetivo con hombres que consiguieron el religare, es decir, que encarnaron la verdad. Realmente muchos son los llamados y pocos los escogidos. Esta ley se ha cumplido en todas las religiones.

No existe motivo para asegurar que las religiones fracasaron en su misión de “religar” al hombre con la verdad. En todas las religiones hay hombres de perfección que alcanzaron a religarse.

No existe motivo que justifique las guerras religiosas, porque todas las religiones enseñan los mismos principios. Los principios religiosos son los mismos, lo único que varía son las formas religiosas, resulta absurda la lucha fratricida entre las religiones. ¿Cómo se puede asesinar en el nombre de Dios? ¿Cómo se puede torturar o quemar en la hoguera en el nombre de Dios?

El brujo del centro del África, el chaman americano y el arzobispo de la catedral metropolitana de Roma o de Londres se apoyan en la misma fuerza maravillosa de la religión cósmica.

La religión cósmica vibra en cada átomo del cosmos, porque palpita en el corazón de los soles, en el corazón del hombre y en el de la hormiga.

Debemos ser tolerantes, respetuosos y caritativos con la religión de los demás. Cuando criticamos la religión de otros, pecamos contra la caridad, atacamos a Dios mismo, pues; ¿Acaso no a sido Él el que ha entregado esa religión?

Es necesario cultivar el respeto y la veneración. Hay que respetar las creencias ajenas. Necesitamos respetar la religión del prójimo. No debemos obligar a otros a que piensen como nosotros. Debemos recordar que cada persona es un mundo, un cosmos.

Juzgar maliciosamente a las demás religiones, atenta contra la caridad, además, de crear violencia y xenofobia contra los colectivos religiosos.

El religioso que se degenera solo ama a los suyos, a sus amigos, a su familia, a los compañeros de su religión. A los de otra religión los persigue o habla mal de ellos. En el mejor de los casos, los ignora.

¿Quién no amaría, por ejemplo, a un buen amigo, que estando nosotros presos, viniese a visitarnos y hasta consiguiese nuestra libertad?

¿Quién no amaría a un gran amigo, que estando nosotros enfermos y abandonados, nos trajese medicinas y al fin lograra curarnos?

¿Quién no amaría a un amigo, que estando nosotros en miseria, nos diera la mano y nos alimentara?

¿Quién no amaría a su madre, que desde niños veló por nosotros, que nos alimentó con sus pechos, que hizo por nosotros todo lo que hubo y que sufrió por nosotros, hasta levantarnos al estado actual en que nos encontramos?

El religioso auténtico, el que entiende y practica su religión, no solo quiere a sus amigos, familia y compañeros, sino que además, ve en cada ser una criatura formada por Dios, ve en cada persona un Alma sedienta de Luz, ve en cada hombre un hermano.

No piensa en dañar ni en explotar a los demás, piensa solamente en ayudar al ser humano.

La humanidad se divide y se subdivide en grupos. Cada grupo necesita su sistema especial de enseñanza. Cada grupo necesita su escuela, su religión, su secta. Cuando criticamos a otros, violamos la ley del corazón tranquilo.

Todas las religiones son necesarias, todas las religiones cumplen su misión en la vida. Es absurdo decir que la religión del vecino no sirve y que solo la mía es verdadera.

Si la religión del vecino no sirve, entonces la nuestra tampoco sirve, porque los valores son siempre los mismos.

Es estúpido decir que la religión de las tribus indígenas de América es idolatría, entonces, ellos también tienen derecho a decir que nuestra religión es idolatría.

Fue absurdo quitar las cruces de maíz, de los altares de los aztecas, para imponer las cruces cristianas en su lugar.

Si nosotros nos reímos de ellos, ellos también pueden reírse de nosotros.
Y si nosotros decimos que ellos adoran ídolos, ellos también pueden decir que nosotros adoramos ídolos. Fue penoso y delictuoso destruir las estatuas de la Diosa azteca Tonantzin, de los altares méxicas, para poner imperativamente las estatuas de la virgen María.

Es absurdo calificar a otros de infieles, herejes o paganos, por el simple hecho de no pertenecer a nuestra religión. Es criminal perseguir, torturar y matar a otros porque piensen en forma diferente.

No podemos desacreditar la religión de otros sin desacreditar la nuestra también, porque todas las religiones tienen los mismos principios.

Bajo el sol, toda religión nace, crece, se desarrolla, se multiplica en muchas sectas y desaparecen cuando se degeneran. Así ha sido siempre y así será siempre.

La religión en cada persona, es propiedad inherente a la vida, como la humedad lo es al agua.

La religión no es un dogma, no se trata de una mera creencia ni de una emoción, tampoco debe ser un sistema fanático de oraciones o ritos que uno hace cuando tiene problemas o quiere ser favorecido en algo.

La característica de la religión no consiste en pintarse signos sobre la frente, en llevar hábitos, en afeitarse la cabeza, o dejarse crecer el pelo o la barba etc.

La religión consiste, fundamentalmente, en llevar una vida éticamente adecuada, que tiene como base la elevación de la moral de la persona y la ayuda a los demás seres, sea cual fuera su religión, su posición social, cultural o económica.

No debemos adoptar una visión estrecha sobre la religión, debemos ser capaces de diferenciar lo esencial de lo no esencial. Los principios esenciales son los mismos en todas las religiones. Todas ellas están de acuerdo entre sí y difieren sólo en lo no esencial.

La religión no consiste simplemente en discutir acerca de la existencia de Dios, pues una mera afirmación intelectual o la especulación mental no puede hacernos religiosos. La verdadera religión va más allá de todo razonamiento. Solamente se la puede vivir, tanto interna como externamente, pues consiste en una realización muy íntima.

La ética en la que se basa toda religión consiste en la bondad, en la verdad, en ser amable, servicial, etc. Llevar una vida religiosa es la mayor bendición que puede tener un ser humano, pues lo eleva por encima de la mundanidad y la mediocridad.

Vivir según las reglas de la religión, nos permite alcanzar la sabiduría, la inmortalidad del Alma, la paz duradera y la dicha eterna. El intelecto es vano si no está iluminado por la religión.

La religión nos libera de las preocupaciones y del dolor, proporcionando paz interior, nos da respuestas al porqué de la existencia. La religión une el Alma con Dios, con Brahma, con Alá volviéndonos perfectos, libres e independientes. Nos libera de los nacimientos y las muertes sucesivas.

La religión es el fundamento de la sociedad, la fuente de toda bondad y felicidad, la base de la virtud y de la prosperidad del individuo. Por eso una sociedad que rechaza la religión, tiende al fracaso, a la degeneración. La religión no solo permite la prosperidad del individuo, sino de la sociedad entera.

La religión establece un orden interior tanto en el individuo como en la sociedad.

Sin la religión, el hombre subsiste o vive sin ningún propósito, se aleja demasiado de los propósitos de su nacimiento, de la razón de su existencia, y desperdicia su vida inútilmente.

No se puede vivir sin religión, pues únicamente ésta da valor a la existencia, llenando el Alma de amor, sabiduría, reverencia, serenidad y alegría. Por lo común, la gente sin religión es conservadora, materialista y reaccionaria por naturaleza. Sólo la persona religiosa logra la revolución de la dialéctica.

Ninguna fuerza material puede aniquilar el anhelo religioso en el ser humano, aunque se deje fascinar por las cosas materiales, disuadiéndole o distrayéndole durante algún tiempo de su verdadera naturaleza.

El hombre actual está olvidando la religión debido a su ignorancia, a su ansia de poder, a sus temores y a su codicia. Se ha vuelto irreligioso, degradándose enormemente. Ha perdido todo sentido de la ética. Destruye, perjudica, hiere, saquea e incluso llega a matar.

Samael Aun Weor habla de la personalidad Kalkiana, típica en esta era. Dice que la personalidad propia de esta edad del kali yuga, es la personalidad kalkiana, y comenta de ella:

“Las personalidades Kalkianas son irrespetuosas, irreverentes. Este tipo de personalidades han perdido, no sólo el sentimiento de la auténtica devoción y de la verdadera religiosidad, si no también el de la veneración a los patriarcas antiguos. Así pues, la humanidad, pudiendo ser dirigida por religiones verdaderamente sabias, se ha degenerado en sus sabihondeces ridículas, formándose así la personalidad kalkiana”.

Muchos hablan del budhismo, pero nadie renuncia a sus deseos, ni a la violencia, muchos predican el cristianismo, pero nadie practica el amor y el perdón. Muchos predican el islamismo, pero no reconoce la fraternidad de los hombres. Muchos predican el hinduismo, pero nadie realiza la divinidad que hay en todos. Predicar se ha convertido para muchos, en el modo de subsistencia, en un negocio, mientras que la práctica de la religión ha quedado relegada.

El mundo se ha degenerado, y no por falta de una verdad ni por culpa de las religiones, sino por falta de verdaderos seguidores de los ideales religiosos. Se hace necesario en estas épocas educar a todos los seguidores de las verdaderas religiones en la práctica de esas doctrinas.

Uno se queda asombrado cuando hace un estudio comparativo de las religiones. Vale la pena estudiar todas las religiones. El estudio comparativo de las religiones antiguas, nos lleva a comprender que todas las religiones conservan los valores eternos, que ninguna religión es falsa, que todas son verdaderas.

Todas las religiones hablan de Dios, del Alma, del cielo, del infierno, etc. los principios son siempre los mismos. Entre los romanos, el infierno era el averno; entre los griegos era el tártarus y entre los indostánicos es el avitchi el infierno, etc. El cielo era entre los romanos, mientras que entre los griegos era el olimpo, y entre los aztecas el tlalocan. Cada religión tiene su cielo, y todos deben ser aceptados y respetados.

Cuando terminó la religión antigua de los romanos, cuando se degeneró, los sacerdotes se convirtieron en adivinos, agoreros, etc., pero los principios eternos no murieron, ellos se revistieron con la nueva forma religiosa del cristianismo.

Los sacerdotes paganos, denominados augures, druidas, hierofantes, fueron rebautizados en el cristianismo con los sagrados títulos de clérigos, pastores, prelados, padres, ungidos, monjes, abadeses, teólogos, etc.

Las sibilas, vestales, druidesas, papisas, diaconesas, ménades, pitonisas, etc. en el cristianismo fueron denominadas novicias, sores, abadesas, reverendas, hermanas, monjas.

Los dioses, semidioses, titanes, diosas, sílfides, cíclopes, mensajeros de los dioses de las antiguas religiones, fueron rebautizados con los nombres de ángeles, arcángeles, serafines, potestades, virtudes, tronos, etc.

Si antiguamente se adoraron a los dioses, ahora también se les adora, sólo que con otros nombres. Las formas religiosas cambian según las épocas históricas y las razas. Cada raza necesita su forma religiosa especial. Los pueblos necesitan la religión. Un pueblo sin religión es de hecho un pueblo totalmente bárbaro, cruel y despiadado que termina desapareciendo.

Si estudiamos las religiones, en todas ellas encontraremos el culto al Cristo, lo único que varían son los nombres que se le den al Cristo. El divino rabí de galilea tiene los mismos atributos de Zeus, Apolo, Krishna, Quetzalcoatl, Lao-Tsé, Fu-Ji, Budha, Quetzalcoatl, Kukulcán, etc.

Todos estos sagrados personajes religiosos que personifican al cristo nacen el 24-25 de diciembre. Todos estos sagrados personajes son hijos de inmaculadas concepciones, todos ellos nacen por obra y gracia del espíritu santo, todos ellos nacen de vírgenes inmaculadas.

La desconocida mujer hebrea María, madre del adorable salvador Jesús el Cristo, recibió los mismos atributos, y poderes cósmicos de la diosa Isis, Juno, Demeter, Ceres, Vesta, Maia, Adonia, Insoberta, Rea, Cibeles, Tonantzin, etc. Todas estas deidades femeninas representan siempre a la Madre divina, el eterno femenino cósmico.

María es fecundada por el Espíritu Santo. Cuenta la tradición que el tercer Logos, en forma de paloma, hizo fecundo el vientre inmaculado de María. Entre los chinos-japoneses, el Cristo es Fu-ji, el Cristo que nace milagrosamente por obra y gracia del Espíritu Santo. La historia dice:

“Paseándose una virgen llamada Hoa-se por la orilla del río, puso su pie sobre la huella del gran hombre; inmediatamente se conmovió viéndose rodeada por un resplandor maravilloso y sus entrañas concibieron. Transcurridos doce años, el día cuarto de la décima luna, a media noche, nació Fu-Ji, llamado así en memoria del río a cuya orilla fue concebido”.

En el México antiguo, Cristo es Quetzalcoatl, quien fuera el Mesías y el transformador de los toltecas. Los códices méxicas explican que;

“Estando un día Chimalmán sola con sus dos hermanas, se le apareció un enviado del cielo. Las hermanas, al verlo, mueren de espanto. Ella al oír de boca del ángel que concebiría un hijo, concibió al instante, sin obra de varón a Quetzalcoatl,( el Cristo mexicano).”

Entre los japoneses de la religión sintoísta, el Cristo es Amida, quien intercede ante la diosa suprema Ten-Sic-Dai-Tain rogando por todos los pecadores.

Cuando uno estudia el evangelio de Krishna, el Cristo hindú, se queda uno asombrado al descubrir el mismo evangelio de Jesús, y sin embargo Krishna nació muchos siglos antes que Jesús de Nazareth.

Devaki, la Virgen hindú, concibió a Krishna por obra y gracia del Espíritu Santo. El niño Dios Krishna fue transportado al establo de Nanden y los dioses y los ángeles vinieron a adorarle. La vida, pasión y muerte de Krishna es similar a la de Jesús el Cristo.

Cuanto la religión es olvidada o degenerada por el materialismo, la arrogancia y el egoísmo de las gentes, aparece un nuevo gran Maestro ó profeta.

Éste Maestro siempre pondrá énfasis en aquella verdad olvidada, y removerá la escoria que la ha oscurecido o escondido la verdad, y la hace relucir en su brillo, pureza, esplendor y gloria originales.

Cuando en los tiempos antiguos la gente olvidó todo acerca del monoteísmo védico, surgió el gran Zoroastro.

Cuando la religión de los vedas degeneró en una observancia ciega de los ritos y sacrificios de animales, apareció el compasivo Budha, quien acabó con los sacrificios de animales.

Cuando los seguidores del judaísmo se volvieron arrogantes e insoportables, surgió Jesús el Cristo. Cuando en los países árabes se perdió la religión arcaica, degeneró en la idolatría y la superstición, entonces apareció Mahoma para predicar su monoteísmo.

Nunca ha habido ningún fundador religioso que haya inventado una religión nueva o que haya revelado una verdad nueva. Todos esos fundadores fueron solamente transmisores, y no creadores originales.

La verdadera religión es una sola, y ésa es la religión de la verdad y el amor; es la religión del corazón, del servicio, el sacrificio, la renuncia. La verdad no es hindú, ni musulmana, budhista ni cristiana.

La verdad es una sustancia homogénea y eterna. Quien sigue la religión de la verdad, camina por la senda de la luz, la paz, la sabiduría, el poder y la dicha.

La humanidad necesita volver al punto de partida, regresar a la Santa Gnosis del Hierofante Jesús. Necesitamos retornar al cristianismo primitivo, al cristianismo gnóstico. La doctrina de Jesús el Cristo es la propia Gnosis, es la doctrina de los Esenios, la doctrina de los Nazarenos, Peratisenos o Peratas, etc.

En la doctrina gnóstica hay Yoga esencial, Magia Tibetana, Budhismo Zen, Budhismo tibetano práctico, Tantrismo hindú, Ciencia Hermética, etc., etc., etc. En la Gnosis está toda la sabiduría antigua ya totalmente digerida. La mejor exposición de la Doctrina Secreta, está en la Síntesis Gnóstica del Hierofante Jesús el Cristo.

Si queremos de verdad la Auto-Realización Intima, estudiemos la Gnosis, practiquemos la Gnosis, vivamos la Senda del Arhat Gnóstico. La Gnosis nos ahorra trabajo y estudio, si no fuera por la Síntesis del Cristo, por la gran labor de V.M. Samael Aun Weor, necesitaríamos leer miles de libros de esoterismo y religión, tendríamos que conocer cientos de escuelas, sectas y religiones, y viajar por el mundo entero a fin de hallar el camino.

Nosotros tenemos una religión, clara manifestación de la religión PRIMIGENIA, exteriorizada en esta época con el nombre de Gnosis. La Gnosis es la religión PRIMOGÉNITA.

Creo que nuestro deber es estudiar la Gnosis y vivirla, eso es lo importante. Que se rían de nosotros, que nos ataquen, que nos calumnien, ¿qué importa al mundo y qué a nosotros?

Recordemos estimados hermanos Gnósticos que en la Gnosis está la Síntesis práctica de todas las Yogas, Logias, Ordenes, Religiones, Escuelas, Sistemas, etc..

Lo mejor que tiene el Budhismo está en la Gnosis, lo mejor que tiene el cristianismo está en la Gnosis, lo mejor de la Ciencia Egipcia, Caldea, Zoroastriana, etc., está en la Gnosis. Entonces qué ¿Qué es lo que buscamos? ¿Qué es lo que queremos? ¿A que esperamos?

Avancemos seguros, victoriosos, poderosos hasta conseguir la meta final. Donemos a la humanidad los secretos ocultos del esoterismo y de la religión. Entreguemos las claves supremas de la felicidad y la autorrealización.

Nosotros hemos resuelto lanzarnos a una lucha sin cuartel, a una lucha sin tregua en esta nueva Era de Acuario. No importa que nos critiquen, que nos insulten, que nos injurien, que nos traicionen. La Gnosis debe ser entregada a la humanidad, cueste lo que cueste. Jesús el Cristo enseñó la Gnosis y nosotros también la entregaremos a la humanidad.

El Círculo de Investigación de la Antropología Gnóstica entrega el conocimiento Gnóstico en forma revolucionaria. El C.I.A.G. se ha formado para restaurar la religión primitiva, primigenia, originaria. La Gnosis viene a restablecer los principios éticos y morales de la religión, ante la decadencia de las religiones predominantes.

Todos los centros gnósticos, todos los instructores y estudiantes del C.I.A.G. debemos hacer un esfuerzo continuado y lanzar intensísima propaganda gnóstica mediante folletos, carteles, artículos, libros, avisos y entrevistas por radio, televisión, periódicos, conferencias, etc., para dar a conocer nuestras enseñanzas.

Quien quiera avanzar internamente debe estar dispuesto a sacrificarse por la humanidad doliente. Los egoístas, aquellos que sólo piensan en sí mismos y en su propio progreso, jamás lograrán la Iniciación.

Nosotros queremos enseñar a la humanidad la Religión Solar. Nosotros aspiramos a entregar la Doctrina Solar del Cristo Cósmico, con el único propósito de que el ser humano logre su autorrealización, la cristificación.

Es necesario que todos los aquí presentes no olvidemos el trabajo esotérico. Es conveniente que, en verdad, nos dediquemos a trabajar sobre sí mismos. Recordemos que aquel que escucha la palabra y no la hace dentro de sí mismo, se parece en verdad al hombre que se mira ante un espejo y luego da la espalda y se retira. No basta, apreciados hermanos, escuchar la palabra; es necesario hacer la palabra.

El Círculo de Investigación de la Antropología Gnóstica tiene una gigantesca tarea que realizar en la Era Acuariana que ha comenzado. A todos nosotros nos ha tocado la Misión Sagrada de enseñarle a esta humanidad desorientada la Doctrina del Logos Solar.

Recordemos los esfuerzos de los grandes seres. El sacrificio de Jesús el Cristo, el gran Hierofante gnóstico. Los esfuerzos y súper-esfuerzos del Maestro Samael, para entregar a la humanidad la Gnosis. La dedicación total y absoluta de la Maestra Litelantes, para organizar la Institución gnóstica. La lucha titánica de la Maestra de la teosofía gnóstica H. P. Blavasky o la gran labor del gran Maestro del rosacrucismo gnóstico Arnoldo Krumm Heller para enseñar el esoterismo-religioso.

Necesitamos lograr la Luz Interior. En necesario lograr la inmortalidad del Alma, renunciar al deleite de los placeres mundanos, incluso a la dicha suprema del Nirvana por ayudar a la humanidad. Entonces podremos decir; ¡Sorbida es la muerte con victoria! ¿Dónde está, ¡oh! muerte tu aguijón, ¡oh! muerte donde, tu victoria?

Hasta aquí mis palabras, muchas gracias por su atención.
M.P.

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