EL ESOTERISMO Y EL PENSAMIENTO MODERNO
Nuevo modelo del universo P. Ouspensky
Breve fragmento del CAPÍTULO I
"EL ESOTERISMO Y EL PENSAMIENTO MODERNO"
La idea de un conocimiento que sobrepasa todo conocimiento humano ordinario y que es
inaccesible a la gente común, pero que existe en alguna parte y pertenece a alguien, penetra la historia entera del pensamiento de la humanidad desde las épocas más remotas.
La idea de un conocimiento que sobrepasa todo conocimiento humano ordinario y que es
inaccesible a la gente común, pero que existe en alguna parte y pertenece a alguien, penetra la historia entera del pensamiento de la humanidad desde las épocas más remotas.
Y de acuerdo con ciertos restos del pasado, un conocimiento completamente diferente del nuestro formaba la esencia y el contenido del pensamiento humano en esas épocas en que, de acuerdo con otras opiniones, el hombre se diferenciaba muy poco, o no se diferenciaba absolutamente nada, de los animales.
El “conocimiento oculto” es por eso llamado algunas veces “conocimiento antiguo”.
Pero desde luego esto no explica nada.
Debe notarse, sin embargo, que todas las religiones, todos los mitos, todas las creencias, todas las leyendas heroicas populares de todos los pueblos y todos los países, están basados en el reconocimiento de la existencia, alguna vez y en algún lugar, de un conocimiento muy superior al conocimiento que nosotros poseemos o podemos poseer.
Y en un grado considerable el contenido de todas las religiones y mitos consiste en formas simbólicas que representan tentativas para transmitir la idea de este conocimiento
oculto.
oculto.
Por otra parte, nada demuestra tan claramente la debilidad del pensamiento o de la imaginación humanos como ideas existentes acerca del conocimiento oculto.
La palabra, el concepto, la idea, la expectativa, existen, pero no en formas concretas definidas de percepciones conectadas con esta idea.
Y la idea misma tiene que ser desenterrada muy frecuentemente con gran dificultad del fondo de montañas de mentiras, tanto creadas con intención como sin ella, de engaños y auto-engaños, y de intentos ingenuos de presentar en formas inteligibles tomadas de la vida ordinaria, lo que en su propia naturaleza no pueda tener parecido alguno con ellas.
El trabajo de encontrar huellas del conocimiento antiguo u oculto, o aún indicios de su existencia, se asemeja al trabajo de los arqueólogos que buscan huellas de una olvidada civilización antigua, y que las encuentran enterradas bajo varios estratos de cementerios dejados por pueblos que vivieron desde entonces en ese lugar, separados posiblemente por miles de años e ignorantes uno de la existencia del otro.
Pero cada vez que un investigador se encuentra con los distintos intentos de expresar el contenido del conocimiento oculto, invariablemente ve la misma cosa, a saber, la asombrosa pobreza de la imaginación humana ante esta idea.
La humanidad ante la idea del conocimiento oculto le recuerda a uno las gentes en los cuentos de hadas a quienes alguna diosa, hada o mago, promete darles todo lo que ellas quieran, con la condición de que digan exactamente qué es lo que quieren.
Y generalmente en los cuentos de hadas las gentes no saben qué pedir.
En algunos casos el hada o el mago ofrece satisfacer hasta tres deseos, pero aún esto no sirve para nada.
En todos los cuentos de hadas de todas las épocas y pueblos, los hombres se sienten perdidos irremisiblemente cuando se encuentran ante la pregunta de qué es lo que desean y de lo que les gustaría tener.
Son absolutamente incapaces de determinar y formular su deseo.
O bien en ese momento recuerdan sólo algún pequeño deseo sin importancia, o expresan varios deseos contradictorios que se nulifican entre sí; o aún más, como en el cuento de “El Pescador y el Pez”, son incapaces de constreñirse dentro de los límites de lo posible y, siempre deseando más y más, terminan por tratar de dominar fuerzas más altas, sin darse cuenta de la pobreza de su propio poder y capacidad.
Y así nuevamente caen, nuevamente pierden todo lo que han alcanzado, porque ellos mismos no saben con claridad qué es lo que quieren.
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